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Lecturas sobre la economía internacional: Estados Unidos Reporte Semanal No. 130 23 de junio de 2013 En EU se prepara el terreno para que la visita de Estado de la Presidenta de Brasil, Dilma Rouseff represente un cambio sustancial en la relación entre ambos países
La estrategia de acercamiento comenzó con la visita a Brasil, a principios de este mes, del Vicepresidente Biden, durante la cual hizo un importante reconocimiento al crecimiento de la economía brasileña y al papel “responsable” que Brasil ha asumido en la arena mundial. Indicó que es tiempo de que las dos mayores economías del continente americano amplíen sus intercambios.
Considerando que el reposicionamiento mundial de Brasil durante la administración del Presidente Lula se debió, en gran medida, a su imagen de “independencia” respecto a EU, actualmente, las relaciones han mejorado sustancialmente en la administración Rouseff. Tanto el gobierno y como el sector privado brasileño parecen haberse dado cuenta que una mayor relación con China o con otros países emergentes, no tiene que excluir a EU; así como porque el sector privado estadounidense ha detectado numerosas oportunidades que ofrece Brasil, que requieren mayor liberalización y facilitación comercial, de inversión y de personas de negocios y turistas; así como de una relación formal y estratégica para su aprovechamiento. El futuro de la relación bilateral dependerá en gran parte de la decisión y capacidad que tenga Brasil para liberalizar su comercio y para reducir sustancialmente sus barreras arancelarias y no arancelarias. Un acuerdo de libre comercio no ha sido considerado.
Al respecto, el Subcomité de Comercio de la Cámara de Representantes llevó a cabo esta semana una audiencia sobre el futuro de la relación bilateral entre ambos países. Se concluyó que aunque el comercio bilateral fue de apenas 59 mil millones de dólares en 2012, las oportunidades para los productos e inversiones estadounidenses en ese país son altas, las cuales no han podido ser capitalizadas por las medidas de apoyo del gobierno de Brasil al sector industrial a través de altos aranceles a las importaciones, subsidios, requisitos de localización y de contenido local. El Presidente del Subcomité expresó que la relación está en un momento decisivo para consolidar todos los mecanismos bilaterales en un esquema formal de “Diálogo Económico Estratégico”.
En las intervenciones de los representantes del sector hubo consenso de que el importante crecimiento económico de Brasil es una oportunidad para EU, pero enfatizaron que el uso de medidas de contenido local en ciertas industrias y de aumento de aranceles, entre otros, son vestigios de políticas que deben de erradicarse si se quiere expandir el comercio y la inversión. Se resaltó la discrecionalidad de la burocracia brasileña que afecta el comercio; si bien de acuerdo a otros, la mayor presencia de Brasil en los foros multilaterales podría ser la palanca para llevar a cabo medidas de liberalización y facilitación comercial.
Congresistas demócratas expresan su preocupación de conferir a la administración una autorización completa para negociar acuerdos comerciales; y nuevamente criticaron la falta de transparencia en la conducción de las negociaciones del TPP
En su carta, más de treinta los congresistas expresan su preocupación por el aumento y la continuación del desplazamiento de empleos manufactureros estadounidenses, y culparon a los acuerdos comerciales por facilitar el traslado de empleos, por menoscabar las disposiciones de la reglamentación de “Buy American” y por someter las leyes estadounidenses a revisiones por parte de tribunales extranjeros. Por lo anterior, expresaron su oposición a renovar la autoridad para negociar – conocida como Trade Promotion Authority o TPA - argumentando el gran alcance de los acuerdos comerciales y que estos debieran quedar completamente bajo la jurisdicción del Congreso.
Respecto al TPP, la carta expresa preocupaciones sobre transparencia en las negociaciones y reitera su pedido de que se divulgue el borrador de texto bajo negociación. Considera que cualquier acuerdo de disposiciones obligatorias en materia laboral, patentes y derechos de propiedad intelectual, uso de suelo, alimentación, agricultura, estándares, recursos naturales, medio ambiente, licencias a profesionales, empresas propiedad del estado y políticas de compra; y otros, deberán ser revisados y aprobados previamente por el Congreso. En suma, hacen un llamado para que la política comercial se devuelva nuevamente al Congreso y se garantice mayor transparencia.
Grupos industriales enviaron carta al congreso urgen rechazar cualquier legislación que contenga disposiciones nuevas o más estrictas sobre “Buy American” o que incluya regulaciones para limitar la participación en proyectos de infraestructura o de adquisiciones gubernamentales en general
Los principales grupos industriales que intervinieron son al US Chamber of Commerce, el National Foreign Trade Council, el Emergency Committee for American Trade y el United States Council for International Business. La carta señala que se debe evitar el proteccionismo a pesar de las presiones actuales para lo contrario. Resalta que varias comunidades decidieron no utilizar fondos de estímulo por los obstáculos burocráticos que implica las regulaciones del “Buy American”, y que muchas empresas estadounidenses globales y exitosas en el desarrollo de cadenas de valor a nivel mundial se les ha limitado su participación, o han tenido que incurrir en costos para demostrar su origen estadounidense. Adicionalmente, el “Buy American” ha sido objeto de represalias con nulo o poco impacto en el empleo.
El gobierno federal y varios estados en lo individual han aprobado algún tipo de regulaciones de “Buy America” de forma no uniforme. En 21 Estados estas disposiciones no aplican a socios comerciales o a miembros del Acuerdo de Compras de la OMC; en el resto, el acuerdo de compras de la OMC sí se aplica, así como las disposiciones diferenciadas de los acuerdos comerciales. Las negociaciones con Europa complicarán más este escenario dado el mandato europeo explícito para derogar el “Buy America” en un posible acuerdo comercial.
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