Artículos editoriales |
Fecha: 15/06/08 |
La Guerra Silenciosa o la Venganza Árabe Alejandro Gómez Tamez* Actualmente es posible que estemos presenciando una silenciosa guerra económica entre los países árabes productores de petróleo y los países de Occidente, concretamente los Estados Unidos. ¿En qué consiste esta guerra? En una estrategia para mantener deliberadamente elevados los precios internacionales del petróleo y así dañar la economía del país más poderoso del mundo en pleno año electoral. En los Estados Unidos ya se sienten los daños ocasionados por esta guerra, ya que el galón de gasolina cuesta en la actualidad unos $4.60 dólares (aproximadamente $13.40 pesos por litro), lo que ya ha ocasionado que en dicho país la inflación alcance el 3.9% anualizado durante el mes de abril de este año. Esto representa el peor de los mundos para nuestro vecino del Norte, ya que para echar a andar su economía requiere bajar o mantener bajas sus tasas de interés (para que haya mayores niveles de consumo e inversión y para ayudar a los deudores hipotecarios a pagar sus créditos), mientras que la creciente inflación le presiona a aumentar las tasas de interés para que el dólar recupere fortaleza frente a otras divisas. Así, con una inflación creciente y sin mayores posibilidades de aumentar las tasas de interés es de esperarse que en el corto plazo el dólar continúe débil. Y es que los bancos centrales de Europa, Inglaterra, Canadá y Japón se mantienen abiertos a la posibilidad de aumentar las tasas para frenar la escalada inflacionaria internacional. En otras palabras, si estos últimos países suben sus tasas de interés para tratar de controlar su inflación, sus monedas se fortalecerán frente al dólar si Estados Unidos las continua manteniendo bajas. El aumento del precio del petróleo en los últimos cinco años es realmente espectacular y difícilmente puede ser explicado únicamente en términos de una mayor demanda por el crecimiento de la economía mundial, de hecho, de acuerdo a la Agencia Internacional de Energía (AIE), en 2008 la demanda de petróleo registrará su menor crecimiento desde el año 2002. Así, entre el año 2003 y el viernes 6 de junio el barril de petróleo ha aumentado de precio 343.7 por ciento, al pasar de 31.1 dólares a 138.54 dólares. Es obvio que la demanda por el energético no ha aumentado en esta misma proporción. Por su parte, el lunes 9 de junio, el presidente en ejercicio de la OPEP, el argelino Chakib Khelill trató de explicar la espectacular alza en el precio del petróleo. Señala que sin la especulación que hay en el mercado de petróleo, el barril costaría probablemente unos 70 dólares. Por su parte, el funcionario también ha señalado que por lo menos 40 de los casi 140 dólares que cuesta el barril de petróleo son a causa de la depreciación del dólar estadounidense. En este respecto hay que señalar dos cuestiones: primero, ¿Quién está causando o alimentando la especulación de la que habla el funcionario de la OPEP?, y segundo, los precios del petróleo a nivel internacional históricamente siempre se han cotizado en dólares. A continuación elaboraré en relación al primer punto: Con respecto al asunto de la especulación, es cierto que hay cierto nerviosismo en el Medio Oriente porque Israel ha amenazado con bombardear las instalaciones del programa nuclear de Irán, pero este tipo de tensiones son una constante en esa región del mundo, por lo que es realmente difícil de creer que toda la especulación se debe a esta tensión geopolítica. Más bien, en mi muy particular punto de vista, debe existir una situación de fondo en la cual los países árabes tienen un especial interés en que el petróleo continúe caro y así se descarrilen los esfuerzos estadounidenses por salir de su recesión económica y recuperarse de su crisis financiera. En un resiente viaje que hizo el presidente George W. Bush a Arabia Saudita, él le pidió a este país que aumentará la producción de petróleo y lo que obtuvo de respuesta fue prácticamente un no, ya que Arabia Saudita solamente se comprometió a aumentar su plataforma de producción en 300 mil barriles diarios (prácticamente nada). Esto es de llamar la atención, ya que los países miembros de la OPEP saben que con esta política de precios elevados están matando la “gallina de los huevos de oro” (la economía mundial que provoca la demanda de petróleo) y también saben que pueden sumir al mundo en una fuerte depresión económica, similar a la de finales de la década de los 70s y principios de los 80s. ¿Sin embargo, porqué lo hacen? ¿Por qué no hacen un esfuerzo por aumentar la oferta de petróleo para que los precios retornen a un nivel razonable? Mi hipótesis es porque buscan “vengarse” del gobierno de Estados Unidos ocasionándole un grave problema económico para que así el Partido Republicano pierda las elecciones este próximo noviembre y llegue a la Presidencia de aquel país Barack Hussein Obama (hijo de padre musulmán). En mi artículo editorial de hace dos semanas hacía mención de cómo los fondos soberanos árabes están literalmente saliendo a comprar el mundo. Este hecho, aunado a lo que señalo líneas arriba, es lo que cierra la pinza de la “venganza” árabe. Ya que queda claro que los árabes están implementando una estrategia para que los precios del petróleo se mantengan elevados (aunque oficialmente manifiestan preocupación por los elevados precios) y así están recibiendo centenas de miles de millones de dólares, los cuales a su vez están utilizando para salir a comprar importantes posiciones en grupos financieros y bancos estadounidenses y europeos. Mientras tanto en México continuamos un “debate” sobre la reforma petrolera, en el D.F. están organizando una “consulta popular” para preguntar que opina la gente sobre el tema de esta reforma y el gobierno federal defiende sus subsidios a los energéticos. Estamos perdiendo el tiempo y el dinero de una manera irresponsable. Es como un paciente que ingresa al hospital con un sangrado y los médicos y la familia se ponen en ese momento a deliberar por horas o días acerca de que es lo que se debe hacer; tal vez para cuando lo decidan ya el paciente haya muerto. ¿Estamos dispuestos los mexicanos a presenciar un largo “debate” acerca de si México tiene un buen futuro económico o no? Tal vez para cuando se pongan de acuerdo nuestros políticos y académicos acerca de lo que se debe hacer ya vaya a ser demasiado tarde, pero al menos todos habrán opinado, ¡que gran consuelo! Por último vale la pena recordar que la semana pasada el presidente Calderón hizo un llamado al Banco de México para que baje sus tasas de interés, y este llamado fue respaldado por el Secretario de Hacienda y el Secretario General de la OCDE, entre otras personalidades. Sin embargo, Banxico, en una clara afrenta a Felipe Calderón decidió aumentar las tasas de interés el martes 10 de junio. Y nuevamente me preguntó: ¿A qué intereses sirve el Banxico? ¿No se da cuenta que la inflación ocasionada por el alza en los derivados del petróleo y alimentos es un fenómeno internacional y no será contenida con una política monetaria más restrictiva en México? Todo parece indicar que en el Banxico hay también un “yunque” que también conspira y sabotea los intentos del presidente Calderón para salir adelante. * Director General GAEAP
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