Artículos editoriales

Fecha: 05/10/08

Crisis económica de Estados Unidos

Alejandro Gómez Tamez

 

La situación económica y financiera mundial se ha venido complicando desde hace más de un año, y muchas personas tienen dudas acerca de que es exactamente lo que está pasando, qué lo ocasionó y qué podemos esperar para el futuro. En este artículo trataré de explicar estos temas y hacer una serie de reflexiones en torno a la economía de nuestro país. 

 

Sin embargo, antes de comenzar a explicarlo, es necesario entender la enorme responsabilidad que tienen los bancos centrales en los diferentes países. Es una realidad que cuando los bancos centrales crean dinero, los bancos comerciales lo prestan. Cuando los bancos centrales crean dinero descuidadamente, los bancos comerciales lo prestan descuidadamente. Cuando los bancos centrales inundan los mercados con liquidez, entonces los banqueros inundan el mercado con deuda. Y esto es precisamente lo que sucedió en los Estados Unidos.

 

Durante buena parte de esta década, los estadounidenses estaban convencidos de que los precios de las casas continuarían creciendo casi de forma ininterrumpida. Esto porque la elevada demanda de casas tenía como combustible la baja en las tasas de interés, la mayor disponibilidad de hipotecas y las expectativas de continuas ganancias de capital (la ganancia obtenida de comprar una casa a un precio y poderla revender a un precio más alto en el futuro). 

 

Así, básicamente del año 2001 al 2003 mucho del crecimiento de las hipotecas se realizó con créditos de primera clase o “prime”. Una vez que se agotó el mercado de estas hipotecas, los banqueros descuidadamente comenzaron a otorgar créditos hipotecarios denominados “subprime” y así se dio una erosión de los estándares crediticios hipotecarios (gente que no era sujeta de crédito recibió uno).

 

Y es que muchos bancos comerciales sufrían de incentivos perversos, ya que éstos otorgaban los créditos hipotecarios a sus clientes en primera instancia y después consolidaban todos estos créditos armando “paquetes”, los cuales eran revendidos a otros bancos. Así, el banco original rápidamente se deshacía del crédito original (ganando un rendimiento) y transfería el “paquete” de hipotecas y el riesgo a otro banco. El problema es que los bancos de inversión que recompraban estas hipotecas no hicieron su trabajo de investigar exactamente que es lo que estaba comprando.

 

Así, el armar instrumentos financieros cuyo rendimiento estaba ligado a hipotecas fue un negocio que creció rápidamente, y muchos inversionistas internacionales entraron a este negocio. Los instrumentos financieros, llamados CDOs crecieron en complejidad y éstos obtenían buenas calificaciones de las agencias calificadoras, a pesar de las temblorosas calificaciones de las hipotecas que respaldaban estos instrumentos.

 

Para algunos analistas el gran responsable de esto es el Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) por haber mantenido bajas las tasas de interés durante mucho tiempo (recuérdese que a partir del año 2001, las tasas de interés en Estados Unidos comenzaron a bajar rápidamente). Algunos otros analistas culpan a los capitales extranjeros que inundaron a nuestro vecino del norte con enormes sumas de capital buscando elevados rendimientos. Para algunos otros, estos dos elementos ayudaron a que se mantuviera el elevado crecimiento en los precios de las casas, pero muy probablemente no son la causa del actual problema.

 

El problema, más bien, está en torno a que existen una enorme cantidad de agencias gubernamentales reguladoras de instituciones financieras, pero ninguna de estas autoridades entendían bien los problemas que comenzaban a generarse y no pudieron actuar o prevenir al respecto, precisamente por la complejidad de los instrumentos financieros creados.

 

Así pues, los incrementos en los precios de las casas comenzó a disminuir a partir de 2004 y varios clientes no pudieron pagar más sus deudas. En primera instancia esto no causó mayores problemas y las pérdidas fueron absorbidas por las instituciones que habían comprado las hipotecas. Pero la prima de riesgo llegó a su punto más alto en 2007, y en su momento la Fed intervino inyectando liquidez a los mercados y bajó nuevamente las tasas de interés, tratando de estabilizar el mercado. 

 

Los mecanismos de administración de riesgo utilizados por bancos comerciales y de inversión fallaron. Los modelos no contemplaban lo que sucedería si se diera una amplia disminución en los precios de las viviendas, que eventualmente fue lo que ocurrió. Los originadores de los créditos no pusieron la debida atención a los riesgos y los creadores de los CDOs no pusieron suficiente atención para reconocer los riesgos en los activos financieros que estaban adquiriendo.   

 

Así, podemos identificar al menos dos elementos que detonaron la crisis subprime en 2006: 1) En los años anteriores, los incrementos constantes en los precios de las casas animaron a la gente a hipotecar su casa creyendo que podrían refinanciar con mejores condiciones en el futuro (hay que recordar que se vivía una época de tasas de interés a la baja); desafortunadamente cuando los precios de las casas declinaron después de 2005, el refinanciamiento resultó ser peor; y 2) las tasas de interés variables de las hipotecas se elevaron cuando las otras tasas de interés también se incrementaron.

 

De esta manera, el valor de las hipotecas subprime en marzo de 2008 era de 1.3 billones de dólares (el paquete de rescate financiero del Presiente Bush es de 0.7 billones de dólares).

 

En la actualidad estamos viendo la quiebra de importantes bancos de inversión como Lehman Brothers y Bear Stearns, lo cual se debe a que en la medida en que sus activos se fueron degradando, perdieron valor, lo cual ocasionó un ajuste en sus balances haciendo que el capital contable fuera desapareciendo hasta hacerse cero, y entonces estaban quebrados.

 

Otro aspecto que vemos en la actualidad es que los bancos estadounidenses, están sedientos de liquidez, a tal grado que ni siquiera se están prestando entre ellos y por eso vemos tantas inyecciones de liquidez por parte de los bancos centrales de todas las naciones desarrolladas. Necesitan liquidez para fortalecer sus balances y eso provoca que estén liquidando sus inversiones en todo el mundo: Asia, Europa y Latinoamérica y eso es lo que explica el porque el dólar se ha estado fortaleciendo en estos últimos días con respecto a todas las monedas del mundo. 

 

En México gracias a esta situación el dólar ya alcanzó una paridad de $11.10 pesos, por lo que cabe señalar que ojala y el Banco de México no vaya a querer aumentar nuevamente las tasas de interés para hacer que el tipo de cambio se regrese a niveles de $10 o $10.50 pesos, ya que eso ocasionaría una verdadera desgracia para nuestro país.

 

Lo sería porque en la medida en que suban las tasas de interés las personas con deudas tendrán que pagar una mayor proporción de su ingreso a las deudas, lo que deja menos recursos para el consumo y por lo tanto tendremos más desempleo y menor crecimiento económico. Otro aspecto negativo es que en la medida en que los intereses son más altos, las empresas incurren en mayores costos financieros y esto provoca inflación. Y en tercer lugar porque la alza en las tasas de interés provoca la apreciación del tipo de cambio y por lo tanto la debilidad de nuestro sector exportador y que nuestro mercado nacional se vea inundado de importaciones baratas.

 

Por último, vale la pena recordar que el lunes 29 de septiembre el empresario Carlos Slim criticó la política del Banxico de aumentar gradualmente las tasas de interés de corto plazo, que actualmente se sitúan en el 8,25%. Slim dijo que esta decisión "induce capitales de corto plazo que solo vienen a tener rendimientos", ya que no se trata de dinero "para inversiones sino simplemente son un capital especulativo que está aquí porque la tasa es mayor a corto plazo" que la de otros países como EE.UU. (2%), donde los bancos centrales las han bajado gradualmente.

 

Algo similar ya había declarado el Presidente Calderón, el Secretario de Hacienda, El Secretario General de la OCDE, el Secretario de Economía y muchos empresarios no nos hemos cansado de decirlo. A ver si ahora que ya lo declaró el segundo hombre más rico del mundo Guillermo Ortiz hace caso. Continuará…

 

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