Artículos editoriales

Fecha: 7/11/08

La oportunidad de México

Alejandro Gómez Tamez *

 

La paridad del peso mexicano ha comenzado a estabilizarse en torno a un rango que va de los $12.50 a $13.00 pesos por dólar, con lo cual el margen de sobrevaluación que teníamos de 10.99 por ciento al 30 de septiembre de este año, ya ha quedado eliminado. De hecho, ahora en día, a un nivel de tipo de cambio en $13.00 pesos por dólar, tenemos un margen de subvaluación del peso de aproximadamente 6 por ciento, ya que el nivel de paridad teórico (determinado por diferenciales de inflación entre México y Estados Unidos) establece un tipo de cambio de equilibrio en $12.25 pesos por dólar.

 

Así, México puede comenzar una nueva etapa de fortalecimiento de su sector externo, a pesar de las dificultades que supone la desaceleración económica internacional. Cabe señalar que los analistas, que mes con mes son encuestados por el Banco de México, prevén en la encuesta publicada el 3 de noviembre, que en 2009 la economía de Estados Unidos crecerá apenas 0.34 por ciento; pero por otra parte, algunos analistas internacionales prevén que la economía mundial crecerá a una tasa de 3.3 por ciento el año entrante. Así pues, esta situación requiere de fuertes apoyos por parte de la Secretaría de Economía federal para poder diversificar nuestros mercados de exportación y capitalizar nuestra nueva ventaja en función de un tipo de cambio ahora subvaluado.  

 

En México no queremos perder el dinamismo exportador que ya perdieron otros países como Canadá, nación que acaba de anunciar a través de su oficina de Desarrollo de Exportaciones de Canadá (EDC), que prevé un nulo crecimiento de sus exportaciones para el año 2009, después de un incremento de apenas uno por ciento en 2008. Y es que no por el hecho de ser vecinos de los Estados Unidos, México debe tener la misma situación de estancamiento del sector externo que Canadá, y muestra de ello es que en los primeros nueve meses de este año las exportaciones no petroleras mexicanas muestran un incremento de 10.13 por ciento, no obstante que aproximadamente el 82 por ciento de nuestras ventas al exterior tienen como destino los Estados Unidos. Sin embargo, debemos reconocer que los analistas encuestados por el Banxico prevén que las exportaciones no petroleras mexicanas crecerán en 2009 apenas 2 por ciento.

 

La débil tasa de crecimiento de la economía estadounidense esperada para 2009 y la perspectiva de un debilitamiento del sector externo, obliga a la Secretaría de Economía federal a impulsar fuertemente los proyectos nacionales que tengan el objetivo de alcanzar los mercados europeos, asiáticos y latinoamericanos en el corto plazo.  En este punto cobran especial importancia los apoyos a las misiones comerciales, el mejoramiento del marco regulatorio aduanero, apoyos en financiamiento para micro y pequeños exportadores, mejora de la operatividad aduanera, entre otros. Las respectivas organizaciones y asociaciones empresariales que tienen que ver con el sector exportador tienen bien identificadas sus demandas para mejorar, y es deber de la Secretaría de Economía atenderlos. Y en este mismo sentido, es de suma importancia que de cara a la nación, la Secretaría de Economía fije metas cuantificables para el año 2009 en términos de volumen de exportación y cantidad de empresas exportadoras.

 

Otra medida que puede ser implementada en el corto plazo, y que ha sido exitosa en otros países, es la publicación de un Manual de Buenas Prácticas de Comercio Internacional y Promoción de Exportaciones, el cual debe ser muy práctico y debe contener dos grandes vertientes: En primer lugar, en el plano estratégico, debe ser un instrumento que brinde los principios básicos y que se constituya en guía de referencia obligada para dirigentes políticos y gremiales, públicos y privados vinculados al comercio exterior mexicano; y en segundo lugar, en el plano operativo, que sea un manual o conjunto de Guías de carácter operativo para facilitar que los actuales y potenciales exportadores ejecuten sus operaciones de comercio exterior con la mayor rapidez y eficiencia posible.

 

De igual manera, otra experiencia internacional que puede ser de utilidad es la creación de Planes Operativos de Desarrollo de Mercados Destino (POMs), los cuales tendrían como objetivo el ampliar, diversificar y consolidar la presencia de las empresas, bienes y servicios mexicanos en determinados mercados meta.   Esto será de mucha utilidad también en la medida en que los POMs se logren articular con planes regionales de exportación y con otras iniciativas empresariales en cada entidad del país.

 

Cabe señalar que con esto no se busca iniciar un proceso tortuoso y burocrático para el desarrollo de planes y guías, simplemente se trata de que la Secretaría de Economía federal se vincule con sus similares de los Gobiernos de los Estados y de los Municipios para aprovechar una situación coyuntural en el tipo de cambio, y así lograr que México mantenga los niveles de empleo actuales o que inclusive los pueda elevar.

 

Debe precisarse que hay algunos analistas que están previendo que para finales de 2009 (según la encuesta del Banxico de noviembre 2008), el tipo de cambio se ubique en un nivel de $12.29 pesos por dólar. El hecho de algunos analistas lo prevean no significa que vaya a ocurrir, pero si nos hace pensar que el peso pudiera fortalecerse en 2009 y tal vez la coyuntura de tipo de cambio competitivo que tenemos ahora no dure mucho tiempo. 

 

Es por eso que se vuelve importante señalar que también requerimos, como nación,  tomar acciones tendientes a resolver los problemas estructurales de largo plazo que no nos permiten ser competitivos en nuestro sector exportador de manera permanente.  Para que México logre incursionar más sólidamente en los mercados mundiales, necesitamos tomar otra serie de medidas. En primer lugar, tener permanentemente un tipo de cambio competitivo en términos reales (que evite un sesgo en contra de las exportaciones y a favor de las importaciones); asegurar el acceso a los insumos importados requeridos para la exportación a precios mundiales; y una base sólida de infraestructura física (puertos, carreteras, vías de ferrocarril, suficiente abastecimiento de energía eléctrica, entre otros).

 

México tiene que decidir si desea correr la suerte de muchos y resignarse a ver como se estancan sus exportaciones por la desaceleración económica estadounidense, o bien, puede tomar acciones rápidas y efectivas para diversificar sus mercados de exportación y así enfrentar mejor el difícil entorno internacional. En la medida en que conservemos y ampliemos nuestros mercados internacionales, México mantendrá a salvo una mayor cantidad de empleos y el bienestar de las familias mexicanas.

 

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