Artículos editoriales

Fecha: 12/12/08

Las Mipymes son la vida de la nación

Alejandro Gómez Tamez *

Las cosas se están complicando en México de forma progresiva. Apenas en la semana que está por concluir se dieron a conocer datos alarmantes: la inflación anualizada llegó a 6.23 por ciento en noviembre,  se perdieron 200 mil empleos en el IMSS, tuvimos un déficit en la balanza comercial de octubre de 2 mil 758 millones de dólares, el indicador coincidente de la economía nacional cayó 1.2 por ciento, el indicador adelantado de la economía nacional retrocedió 2 por ciento, entre otras tantas noticias que señalan como nuestra economía está entrando rápidamente en recesión.

 

Los indicadores arriba señalados, aunados a otros tantos sobre la actividad industrial, de la actividad manufacturera, la confianza del consumidor, entre otros, deberían ser detonantes para anuncios más contundentes por parte del gobierno acerca de cómo ayudará a la planta productiva nacional a salir lo mejor librada de esta difícil coyuntura internacional. Y concretamente, debería lanzar programas serios y que den resultados en el corto plazo para apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas, que constituyen el grueso de los negocios en México.

 

De acuerdo al Sistema de Información Empresarial Mexicano (SIEM), en nuestro país hay 713 mil 148 empresas, y de éstas, 661 mil 151 son micros, 37 mil 328 son pequeñas, 9 mil 736 son medianas, y solamente 4 mil 933 son grandes. De esta manera, tenemos que en México el 99.3 por ciento de las empresas son micro, pequeñas o medianas (Mipymes); y esto debe poner de manifiesto la importancia de implementar medidas para apoyarlas ante las dificultades que se avecinan.

 

Cabe precisar que el señalar la necesidad de implementar apoyos extraordinarios para estas empresas no es exclusivo de México, sino un clamor generalizado en prácticamente todo el mundo. Y es que para ponerlo en palabras del director ejecutivo del grupo HSBC, Michael Geoghegan: "las PYMES son la sangre de la mayoría de economías y su éxito es lo que creará crecimiento económico".

 

Por otra parte, apenas el pasado 15 de noviembre, el primer ministro de China, Wen  Jiabao, subrayó una serie de propuestas para que los gobiernos locales también apoyen a las PYMES; y señaló que éstas “desempeñarán un papel crucial en la promoción del  crecimiento económico, el incremento de los ingresos fiscales, la  generación de empleos y el mantenimiento de la estabilidad social”. 

 

Podemos seguir mencionando más ejemplos de naciones que ven a las Mipymes como el motor de crecimiento económico y estabilidad social. Ante esto, se vuelve fundamental que en México no nos quedemos atrás y que se instauren nuevos programas de apoyo en materia fiscal, de empleo y financiamiento dirigidos a las Mipymes; y si los apoyos no pueden ser generalizados, pues entonces lo más conveniente en este momento será  apoyar a aquellas empresas que son más intensivas en mano de obra; por ejemplo, el sector textil y el de calzado.

 

Debemos aprender de lo que hacen otros países. En otras naciones se están contemplando medidas para lograr un fácil acceso al otorgamiento de  créditos, así como políticas fiscales preferenciales y más préstamos  para garantizar el acelerado desarrollo de PYMES durante 2009; además de que también se da  prioridad financiera a las PYMES que cumplan con los estándares de protección industrial y del medio ambiente, y que  tengan tecnología y mercados, además de que se alienta a las firmas para que  se transformen y reestructuren. 

 

En México debemos pensar en los mismos términos, y entre las políticas que el gobierno federal podría apoyar más decididamente en el corto plazo a favor de las Mipymes están: el desarrollo de políticas fiscales e instrumentos de financiación en forma de incentivos a la exportación y a la innovación; apoyo para el desarrollo de infraestructura orientada a las necesidades de las empresas; apoyo a estrategias locales de innovación; e  impulsar la internacionalización de estas empresas, apoyando su participación en los diversos programas ya existentes en la Secretaría de Economía.

 

En cuanto al desarrollo de políticas fiscales que incentiven la exportación, podemos también mencionar lo que está haciendo China. Y es que esta nación aumentó los incentivos fiscales a la exportación para 3 mil 700 artículos (un 27,98% del total de lo que vende fuera) a partir del 1 de diciembre; y eso que apenas unas semanas antes el Gobierno chino ya había adoptado medidas similares para más de 3 mil productos, a fin de contrarrestar la baja de ritmo de la actividad exportadora, afectada por una menor demanda a causa de la crisis financiera y económica mundial.

 

Y es que el gobierno chino está preocupado porque las exportaciones se elevaron 19.1 por ciento en octubre a 128 mil 300 millones de dólares a pesar de una menor demanda global. Pero la tasa de crecimiento bajó respecto al 21.5 por ciento de septiembre y se hundió en comparación con el incremento máximo de 26.8% en julio. En México las exportaciones no petroleras crecieron (en el periodo enero – octubre de 2007 vs los mismos meses de 2008) a una tasa de apenas 8.62 por ciento; y si tomamos en cuenta únicamente las exportaciones no petroleras del mes de octubre de este año contra octubre de 2007, vemos que las exportaciones mexicanas no petroleras cayeron 2.74 por ciento. Vemos pues como, a diferencia de China, aquí en México esta es una situación que parece no preocuparle al gobierno federal, ya que no vemos que haga ningún anuncio sobre alguna medida para fiscal o de financiamiento para mitigar esta situación.

 

¿Porqué en México no se han tomado medidas urgentes para evitar el cierre de empresas, la pérdida de mercados internacionales y el despido de miles de personas de sus puestos de trabajo? ¿Qué es lo que necesita ocurrir para que el gobierno federal y los gobiernos de las entidades ahora sí implementen apoyos directos a las Mipymes en el ámbito fiscal y financiero?

 

En este sentido también es necesario volver a mencionar que las políticas que se implementen deben ser congruentes y todas tender hacía el objetivo de fortalecer nuestras empresas y mejorar la situación de la balanza comercial que registra un déficit que crece exponencialmente mes con mes (ya superó los 2 mil 750 millones de dólares tan sólo en octubre de este año).  No hay forma de explicar el discurso a favor del empleo del gobierno federal y al mismo tiempo ver que toma medidas para disminuir los aranceles a la importación de mercancías que provienen de países con los que ni siquiera tenemos un tratado comercial, más allá de pertenecer a la OMC. El gobierno federal debe cerrar filas con las cámaras industriales a favor de la producción y empleos nacionales y debe dejar atrás la política hasta ahora seguida de subsidiar las importaciones con entrada de inversión extranjera.

 

Por último, debemos cuestionar quienes son los actores que están presionando para que  disminuyan los aranceles a la importación de ciertas mercancías. Hay indicios para pensar que ciertos negocios comerciales son los que más se beneficiarían ante la baja en estos aranceles, en perjuicio de la planta productiva y el empleo nacional. Y lo peor del caso es que probablemente aunque bajen los aranceles a la importación de ciertas mercancías, esto no se traducirá en precios más bajos para los consumidores, sino en márgenes de utilidad más amplios para las empresas comercializadoras.

Director general GAEAP

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