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Artículos editoriales |
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Fecha: 02/01/09 |
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Los retos del 2009 Alejandro Gómez Tamez * Por fin el año 2008 ha terminado y comienza un nuevo año para el cual hay grandes expectativas de la población en torno a que será mejor que el anterior. Desafortunadamente no hay un consenso entre analistas en torno a que podremos esperar para el año 2009, ya que hay algunos que señalan que comenzaremos a ver una recuperación de la actividad económica mundial hacía el segundo semestre de este año, mientras que los más pesimistas dicen que la recuperación vendrá hasta el año 2010 y que este año seguiremos sufriendo una contracción de la producción y una disminución del empleo.
El Instituto de Finanzas Internacionales estima que el Producto Interno Bruto mexicano caerá 0.5 por ciento en 2009 y que la Tasa de Desempleo urbano llegará al 5.7 por ciento de la Población Económicamente Activa, lo que implica que habrá un millón 800 mil desempleados adicionales en nuestro país. Por su parte, el Grupo Financiero Banamex, ha confirmado su pronóstico de debilidad de la actividad económica para el primer semestre de 2009, y ha señalado que ésta tendrá una recuperación moderada hacia fines del mismo año, lo que conducirá a una contracción de 0.2 por ciento al cierre. Por otra parte, Wells Fargo Bank, ha pronosticado una caída de 2% del PIB mexicano para el 2009.
Por su parte, en materia de empleo las cifras del desempeño nacional son muy negativas e indican la urgente necesidad de atender ciertos aspectos durante 2009. Según reportes del IMSS y de la Secretaría del Trabajo, la generación de empleos formales se estancó en 2008 e incluso sufrió una caída anual de 34 mil 244 puestos de trabajo en noviembre con respecto a los existentes en el mismo mes de 2007. Esta es la primera vez desde 2001 en que ocurre una caída absoluta en el número de trabajadores inscritos en el IMSS, el cual se redujo de 14 millones 539 mil 497 que había en noviembre de 2007 a 14 millones 505 mil 253 en noviembre de 2008.
Así, independientemente de para cuando se estime lograr la recuperación económica nacional, si queremos que ésta sea más rápida el gobierno debe atender ciertos aspectos fundamentales, algunos de los cuales mencionaré a continuación:
Un primer elemento a tomar en consideración es el de la evasión fiscal, la cual suma, de acuerdo al presidente nacional de Canacintra, Miguel Marón Manzur, unos $40 mil millones de dólares anuales. Al tipo de cambio actual, esta cantidad de dinero representa unos $540 mil millones de pesos. Imaginemos que el gobierno pudiera hacer un esfuerzo extraordinario para obtener la mitad de estos recursos (de quienes no pagan impuestos exclusivamente) y que con dicho dinero se construyera exclusivamente infraestructura en todo el país. Esta nación podría construir una base de crecimiento mucho más sólida y de largo plazo para los años venideros.
Otro punto que se debe destacar es el relacionado con los aranceles. En múltiples ocasiones he manifestado mi desacuerdo con que el gobierno federal disminuya los aranceles a la importación de ciertos bienes, ya que perjudica a la planta productiva nacional justo en los momentos en que estamos atravesando a nivel industrial por un periodo de contracción. Mientras que otros países apoyan a sus empresarios hasta con subsidios en impuestos (como es el caso de China), en México se ha tomado la decisión de quitarle la poca protección que le quedaba a la industria.
En este sentido, el pasado 19 de diciembre se dio a conocer un acuerdo entre el gobierno federal y el sector privado, para que a partir de 2009 el 40 por ciento de las diez mil 900 fracciones arancelarias que hay para clasificar los productos fabriles, estará en cero por ciento; y gradualmente se reducirán más fracciones, para que en 2013 el 60 por ciento del universo total de fracciones esté exento de aranceles. De esta manera, el promedio arancelario del país bajará de 10 por ciento en 2008 a 5 por ciento en 2013.
Es posible que este acuerdo beneficie en el corto plazo los consumidores, pero eventualmente en el año 2013 perjudicará a las ramas más sensibles, como lo son textil, vestido, calzado y juguetes, y con ello se perjudicará el empleo y a los consumidores al final de cuentas.
El gobierno federal no quiso entender que esta desgravación provocará un severo desempleo en estas industrias. Y lo peor es que se justifica en la necesidad de darle más competitividad a la planta productiva, pero no hace nada de su parte para dar esas condiciones de competitividad. En México los precios y tarifas de los bienes administrados por el gobierno (electricidad y combustibles) son mucho más altos que en otras naciones, sufrimos un creciente y costoso problema de inseguridad, no se apoya al sector exportador como lo hacen naciones como China, entre muchas otras cosas que no se hacen en nuestro país.
Otro gran reto que debemos enfrentar es la reactivación del mercado interno, ya que en la medida en que la inflación ha sido superior al 6 por ciento y los salarios crecen a una tasa más baja (a partir del primero de enero los salarios mínimos en México crecieron un promedio de 4.6 por ciento), se erosiona la capacidad de compra de la población, lo que repercute negativamente en las ventas de los negocios. En este sentido es aplaudible que el sector empresarial haya anunciado que a partir del 1 de enero de 2009 entraría en vigor el "Programa de Apoyo a la Economía Familiar", que tiene como fin atenuar la cuesta de inicio de año, proteger el salario y robustecer el mercado interno.
Sin embargo, el gobierno también debe establecer condiciones mínimas para que este tipo de programas funcione, y con esto me refiero concretamente a frenar el alza a los combustibles. En su momento no era lógico que la gasolina costara hasta un 40 por ciento más barata en México que en Estados Unidos, pero ahora en día las condiciones han cambiado y tenemos una gasolina considerablemente más cara que en nuestro vecino del norte porque los precios del petróleo se han derrumbado. Si el gobierno quiere coadyuvar a frenar la inflación para proteger el poder adquisitivo de la población, debe entonces poner un freno a las alzas que de manera injustificada realiza mes con mes en los bienes y servicios que provee.
Y es que en la medida en que la inflación sea más baja, habrá mejores condiciones para que el Banco de México pueda relajar la política monetaria y disminuir su tasa de interés referencial. La baja de la tasa de interés ayudará también al creciente número de deudores de la banca. Se debe atender el hecho de que de acuerdo con cifras del Buró de Crédito, hasta el primer cuatrimestre del año 2008 el índice de reportes negativos era de 7.0 por ciento, sin embargo, al cierre de ese mismo año el porcentaje se elevó a 10 por ciento. Es decir, que alrededor de 10 por ciento del total de los historiales registrado en sus bases de datos reportó una nota negativa.
El gobierno federal también debe atender lo que ha señalado el director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, quien se ha pronunciado por la necesidad de impulsar políticas fiscales en el mundo, a fin de que la crisis económica internacional no sea más grave en 2009. En México logramos un superávit fiscal en 2008, lo cual es una buena noticia si realmente es verdad que se ejecutará un mucho más elevado monto de gasto público en infraestructura. Es conveniente que éste comience a ser ejecutado en los primeros meses del año para así paliar un poco las dificultades económicas. Y otro punto que es fundamental es que se debe emprender una verdadera campaña de austeridad fiscal para que así el gasto corriente disminuya y se privilegie el gasto de inversión.
Evidentemente hay muchas otras tantas cosas que se deben atender como la promoción de exportaciones, la simplificación administrativa y el trabajo en las reformas estructurales que hagan más competitiva nuestra economía. Pero simplemente el mensaje que se debe mandar es que el año entrante será complicado, pero en la medida en que el gobierno trabaje en las líneas arriba descritas la situación puede ser más llevadera. Feliz Año 2009
*Director general GAEAP |
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