Artículos editoriales

Fecha: 26/1/14

La posible tentación para el Banco de México

Alejandro Gómez Tamez*

 

Desde que inició el año 2014 hemos visto una gran volatilidad en los mercados cambiarios de muchas naciones emergentes. En el caso de México pasamos de tener un dólar en $13.1140 pesos el 2 de enero a uno de $13.456 pesos el 24 del mismo mes, lo que representa un alza del billete verde de 2.6% o bien una caída de la moneda mexicana de 2.5%.

 

Este ajuste se debe a la conjunción de dos factores principales:

 

1. La incertidumbre generada ante la reunión del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos el 28 y 29 de este mes, en la cual muy probablemente se anunciará una nueva disminución en el ritmo de compra de bonos por parte de dicho banco central (desde los actuales 75,000 millones de dólares mensuales), lo que presionaría las tasas de interés de largo plazo al alza en dicha nación y ampliaría el diferencial de tasas de interés respecto a México; y

 

2. La baja en las tasas de interés de los Cetes en México, los cuales se encuentran pagando los rendimientos más bajos de su historia, y de hecho son negativos en términos reales (en la subasta del 21 de enero los Cetes a 28 días se ubicaron en 3.13% anualizado mientras que a la primera quincena de enero de este año la inflación anualizada fue de 4.63%).

 

La depreciación que registra el peso mexicano frente al dólar es menor a la que ha sufrido en el mismo periodo el peso argentino, moneda que se ha desplomado 18.4%; y también es menos de lo que ha caído el peso chileno, el cual ha disminuido de valor 3.6% frente al dólar estadounidense; pero lo que sucede con el peso mexicano difiere de la suerte del real brasileño, el cual se ha apreciado 0.1% frente al dólar derivado principalmente de las altísimas tasas de interés que registra la nación carioca (actualmente en 10.5% anual producto de su urgencia por bajar la inflación desde el nivel de 5.91% con que cerró el 2013).    

 

Como lo hemos señalado en anteriores entregas, el hecho de que el peso se debilite frente al dólar beneficia a la planta productiva y al empleo en México al darles a los industriales nacionales mejores condiciones para competir frente a los productos importados.  A México le hace bien que el tipo de cambio de mercado se acerque más a su valor teórico de equilibrio, el cual es ahora en día de $14.10 pesos por dólar en base a los diferenciales de inflación acumulados entre México y Estados Unidos de 1997 a la fecha.  Es de esta manera que al cierre del viernes 24 de enero el peso mexicano sigue estando sobrevaluado frente al dólar en 4.6% aproximadamente.

 

Es de esta manera que vemos como los factores externos (la incertidumbre creada ante la reunión de la Fed) “ayudan” a la planta productiva nacional a ganar competitividad a través del tipo de cambio. Este hecho representa de momento oxígeno puro para la industria manufacturera nacional la cual tendrá mayores perspectivas de crecimiento a través de más exportaciones y menos importaciones. Esto es fundamental al considerar que esta industria (excluyendo la fabricación de equipo de trasporte) creció nominalmente apenas 0.4% en los primeros 10 meses de 2013.

 

Pero aquí lo deseable es que el tipo de cambio se mantenga por más tiempo en los niveles actuales, o inclusive más alto, para que entonces haya una sustitución de importaciones por producción nacional y que las exportaciones de México puedan ganar terreno en el mundo desplazando los productos de otros países.      

 

A este respecto vale la pena mencionar que el propio ProMéxico (entidad del gobierno federal responsable de promover las exportaciones de México, así como la inversión extranjera) ha desarrollado un estudio muy importante en el que se analiza a nivel de partida arancelaria la posibilidad que tienen los productos mexicanos de desplazar a los de otras naciones en base al tipo de cambio.  Esto es muy importante, ya que se reconoce con dicho documento que el tipo de cambio es un factor que incide directamente en la capacidad de las empresas mexicanas de exportar.

 

Y es en este tenor que surge un gran riesgo para la industria manufacturera nacional en caso de que el dólar se mantenga por tiempo prolongado en los niveles actuales o inclusive más alto, y a lo que me refiero es a una posible intervención por parte del Banco de México con el único propósito de  bajar el dólar a niveles más cercanos a los $13 pesos por dólar.   

 

Como ya se mencionó, la inflación anualizada en México fue de 4.63% en la primera quincena de enero de este año, lo cual es un nivel por encima de la meta del Banxico de 3% +/- un punto porcentual. Esta inflación se debe al alza de impuestos que entró en vigor el 1 de enero de este año (IEPS a la “comida chatarra”, IVA a alimentos de mascotas y transporte foráneo, homologación del IVA en la frontera, entre otros aumentos que sufrimos).

 

Sin embargo, el Banxico está preocupado por este nivel inflacionario, y podría verse tentado a bajarlo subiendo las tasas de interés de referencia en México para que así baje el tipo de cambio, y mediante la importación de productos a menor costo la inflación se estabilice.   Y es que hay que entender que al Banxico lo único que le interesa es “colgarse la medallita” de que la inflación está bajo control y no le interesa ni la producción ni el empleo nacional. Para el Banxico es mejor una inflación del 3% con cero crecimiento que una inflación del 5% con 3% de crecimiento del PIB. En otras palabras, el Banxico no hace equipo con el resto de las dependencias federales que pudieran estar preocupadas porque la economía crezca.

 

De esta manera habrá que estar atentos a lo que suceda en la reunión de la Fed y el anuncio que se haga respecto a la política monetaria de nuestro vecino del norte; y en función de ello, veremos qué respuesta da el Banxico, quien seguramente no se quedará de brazos cruzados si el tipo de cambio se llega a acercar más a niveles de $14.00 pesos por dólar.

 

México no debe seguir el ejemplo Brasil y más bien, debe aprovechar esta coyuntura para darle un impulso a la planta manufacturera nacional después del duro golpe que ésta recibió con los ajustes fiscales que entraron en vigor el 1 de enero de este año.

 

Varias naciones están aprovechando la coyuntura que implica el ajuste en los tipos de cambio y la competitividad que han ganado, esperemos que México no se rinda en esta nueva etapa de la guerra de divisas porque entonces si tendrá problemas al ver sus exportaciones desplazadas por otras naciones.

 

Director General GAEAP*

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