Artículos editoriales

Fecha: 10/04/09

Contrastes en la economía nacional

Alejandro Gómez Tamez*

La economía nacional ha arrojado muy buenos resultados en materia financiera en las últimas dos semanas, por un lado tenemos que el tipo de cambio regresó a niveles de $13.38 pesos por dólar, mientras que la tasa de interés de los Cetes a 28 días llegó a 6.24 por ciento en la subasta de a semana. La favorable evolución en las tasas primarias ha favorecido la disminución en otras tasas como la TIIE, la cual se encuentra ya en 6.915 por ciento, su nivel más bajo desde el año 2004.

 

No cabe duda que las decisiones que han tomado la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, a través de la Comisión de Cambios, han sido las acertadas para desanimar a los especuladores e inyectar liquidez al mercado cambiario. Todo esto ha permitido no sólo estabilizar el tipo de cambio, sino también provocar que baje, y con esto coadyuvar a una menor tasa de inflación que permite la baja en las tasas de interés.

 

Es importante señalar que si no queremos ahuyentar capitales de nuestro país, se debe ser cuidadosos y no bajar la tasa de interés de los Cetes a niveles por debajo de los de la inflación, ya que esto provocaría un rendimiento real negativo; y nadie quiere perder la capacidad de compra de su dinero al ahorrarlo.

 

En este sentido cabe señalar que el Banxico acaba de informar que la inflación general anual descendió a 6.04 por ciento durante marzo (por debajo del 6.20 por ciento de febrero), por lo que al tener una tasa de los Cetes en los primeros días de abril en 6.24 por ciento y con una tendencia inflacionaria descendente, implica que estamos pagando un rendimiento real positivo a los inversionistas en pesos. 

 

Así pues, de momento los mercados financieros en México están evolucionando positivamente y la baja en las tasas de interés ayuda a que la recuperación económica pueda tardar un poco menos en llegar. Y es que en la medida en que bajan las tasas de interés suceden dos cosas: 1) las personas y empresas que tienen créditos a tasa variable pagan menos intereses, lo cual les deja más recursos para comprar otros bienes y servicios; y 2) si las tasas de interés son bajas se incentiva la inversión productiva porque los créditos cuestan menos y porque la gente que tiene los recursos prefiere iniciar un negocio ya que el rendimiento que obtienen en el banco es bajo.  

 

Sin embargo, y no obstante que hay noticias que nos pueden hacer sentirnos optimistas, hay que señalar algunos aspectos que se deben cuidar. En primer lugar tenemos la debilidad fiscal del gobierno federal. En el artículo de la semana pasada señalábamos que la recaudación cayó 6.7 por ciento en el primer bimestre del año, lo cual es resultado de la caída en la actividad económica y del empleo, además de la baja en el precio del petróleo. De momento el panorama en este sentido no se ha complicado demasiado, ya que contamos con una cobertura petrolera que nos garantiza los ingresos petroleros como si el precio del barril estuviera en $70 dólares.  La malo es que la cobertura va a expirar a finales de este año, y entonces cabe preguntarnos: ¿qué vamos a hacer el año entrante cuando no haya más cobertura y el precio del petróleo esté en unos $40 o $50 dólares por barril? ¿Qué haremos si además de esto, la recuperación económica tarda un poco más en llegar y los ingresos federales por ISR, IVA y IETU continúan disminuyendo? Son aspectos que deben anticiparse, ya que lo peor que podría ocurrir es que el gobierno y el Congreso en lugar de aumentar la base gravable, decidan aumentarle los impuestos a los contribuyentes cautivos.

 

El otro punto que se debe cuidar son los apoyos a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), ya que de acuerdo a especialistas de la UNAM, el 97 por ciento de las empresas en México son de este tipo.  Al mencionar la necesidad de apoyos, no me refiero únicamente a las facilidades para la apertura y mantenimiento de estos negocios, sino a la creación de verdaderas políticas públicas permanentes que tengan por objetivo el que nuestras empresas puedan competir frente a frente con empresas extranjeras. 

 

Es lamentable ver que el grueso de los programas del gobierno federal (como los apoyos para las empresas que han entrado en paro técnico) van destinados a apoyar mayoritariamente grandes empresas, muchas de ellas de capital extranjero, y no se ven programas sectoriales que fortalezcan a los sectores de actividad que son grandes generadores de mano de obra como el textil y el calzado.  Si se revisa lo que hacen en otras naciones para apoyar a sus empresarios nos llevaríamos grandes sorpresas. Parce que nuestras autoridades no quieren entender que en países desarrollados como Estados Unidos y Canadá las Pymes son la columna vertebral de la economía interna.

 

Pero por otra parte, también es justo reconocer que el gobierno federal ha destinado hasta el 20 de marzo de 2009, 7 mil millones de pesos en apoyo a pequeñas y medianas empresas, pero desafortunadamente esto no es suficiente y se requieren programas adicionales que complementen a los ya existentes.  Concretamente en editoriales anteriores he mencionado la importancia de los apoyos y estímulos fiscales para la exportación.

 

Es cierto que el comercio a nivel internacional se está desplomando y hay previsiones de que éste podría caer un 6 por ciento en 2009. En el caso de México hemos visto como en el primer bimestre del año las exportaciones cayeron 30.5 por ciento, mientras que las importaciones retrocedieron 30.4 por ciento. Estos porcentajes tal vez parezcan poca cosa para algunos, pero representan una contracción de las exportaciones de más de 13 mil millones de dólares en tan sólo dos meses. ¿Cuántos empleos se han perdido por esto? ¿Cuánto por concepto de impuestos se ha dejado de recaudar por esta situación?

 

Así pues, es fundamental que el gobierno masifique los programas de apoyo a las exportaciones y que de hecho se convierta en una obsesión nacional: salir delante de la recesión económica por la vía de las exportaciones (a pesar del difícil panorama internacional). Hay que apoyar las misiones comerciales, invitar a los representantes comerciales de prácticamente todas las naciones y contar con información actualizada acerca de lo que está demandando cada mercado. Pero algo muy importante es que esto debe ser masivo y evitar caer en los errores pasados de solamente apoyar a unos cuantos empresarios.   Inclusive en aras de masificarlo se pueden utilizar los canales de televisión y estaciones de radio oficiales para facilitar información a los empresarios en torno a como comenzar a exportar.

 

Nuestro país esta perdiendo miles de empleos todos los días, se están cerrando cientos de empresas y se viven múltiples dilemas familiares y sociales productos del deterioro económico. El gobierno está haciendo bien las cosas en el plano financiero, pero lamentablemente falta mucho por hacer en el plano del apoyo a la economía real. Esperamos ver resultados en este sentido pronto.

 

*Director General GAEAP

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