Artículos editoriales

Fecha: 1/05/09

El costo económico de la influenza

Alejandro Gómez Tamez*

No cabe duda que el panorama económico para nuestro país se ha complicado gravemente a raíz del brote de la influenza. No importa si ésta se logrará contener con relativa rapidez, el golpe para las actividades económicas que atienden a grandes grupos de personas simultáneamente será prolongado por el efecto sicológico y el miedo que la gente tiene a estar con otras personas.

 

De esta forma, las actividades terciarias serán las más afectadas (restaurantes, bares, hoteles, cines, teatros, transporte, gimnasios, entre otros tantos negocios). Sin embargo, debemos reconocer que la economía nacional es un sistema de interrelaciones, de manera que si a un sector de actividad le va mal, los demás sectores también lo resentirán. Esto es lógico, ya que en la medida en que la gente que labora en el ramo restaurantero (por citar un ejemplo) percibe menores ingresos, pues eso los dejará con menores recursos para comprar otros bienes y servicios como zapatos, ropa, alimento, etc.

 

De acuerdo con estimaciones de Banamex si la epidemia se controla en tres semanas el impacto negativo en el PIB sería de 0.1 por ciento, pero si la situación tarda en controlarse seis semanas, entonces el impacto en el PIB será de 0.6 por ciento. Cabe señalar que estas cifras únicamente se refieren a la actividad comercial, por lo que habría que sumarle el impacto negativo en todas las demás ramas de actividad, sobre todo el turismo y transporte (no se nos olvide que la perspectiva antes de este brote era de que la economía mexicana caería este año entre un 2 y un 4 por ciento).

 

Y como no va a ser así, si ya son varios los países desarrollados que han extendido una “recomendación” a sus ciudadanos para que no visiten México, además de que varias líneas de cruceros ya han cancelado sus visitas a México. El impacto negativo en nuestra imagen es devastador: en Israel le llaman a la enfermedad “Influenza Mexicana”, y la página de CNN en internet no deja de dar cuenta de cuantas personas alrededor del mundo están enfermas “después de haber visitado México.” ¿Qué esta haciendo la Secretaría de Relaciones Exteriores para mejorar nuestra imagen?

 

Esta crisis de salud no pudo haber llegado en peor momento. Justo se nos acaba de informar que el indicador Global de Actividad Económica -IGAE- cayó 10.8 por ciento en el mes de febrero (cabe señalar que este indicador es lo más cercano a lo que pudiéramos denominar un PIB mensual, por lo que su evolución está muy relacionada con lo que sucede con el nivel general de actividad económica). Es muy importante mencionar que esta caída de 10.8 por ciento es la mayor de este indicador desde que fue creado, lo que implica que en el corto plazo podríamos observar una recesión inclusive más fuerte que la de 1995.

 

Otro punto importante es que la caída en la actividad económica mermará aun más los ingresos fiscales. Hay que recordar que de acuerdo con la Secretaría de Hacienda,  en el primer bimestre de 2009 los ingresos por el cobro del impuesto sobre la renta (ISR) fueron de 99 mil 575 millones de pesos, 6.2 por ciento menos que en los mismos meses de 2008. Mientras que, la recaudación del impuesto al valor agregado (IVA), fue de 90 mil 965 millones, cantidad menor en 21 por ciento a la del primer bimestre del año pasado.

 

En este sentido, pues ojala y el gobierno federal no se vea tentado en el futuro inmediato a aumentar las tasas de impuestos para recuperar la recaudación perdida porque esa medida solamente agravaría la recesión. Le he señalado en diversos editoriales, si el gobierno quiere más recaudación que elimine los regímenes de exención que aun existen y que aumente la base gravable.

 

Es importante también reconocer que ya ha habido pronunciamientos de líderes empresariales y de académicos demandando estímulos fiscales que ayuden a las empresas a conservar el empleo y al final de cuentas: a mantenerse en operación. En este sentido el gobierno federal pudiera recurrir de manera extraordinaria a las líneas de financiamiento internacional que se le han ofrecido y con dichos recursos ayudar a los sectores que han sido más perjudicados.

 

Otro punto que es fundamental es el relacionado a la disminución de la tasa o abrogación del IETU, dado que es un impuesto que le extrae la liquidez a las empresas, y que por lo tanto en estos momentos de recesión hace un daño enorme a la planta productiva nacional y al empleo; además de que desinhibe la inversión.  Hay mucho que se puede hacer en materia fiscal, inclusive la devolución de impuestos (una parte del IVA especialmente) como lo lleva haciendo China todo lo que va de este año.

 

Al final de cuentas todo debe redundar en la implementación de políticas con visión de largo plazo que busquen fortalecer a las micro, pequeñas y medianas empresas nacionales (Mipymes), las cuales ya sea por la caída de los mercados externos, por el menor ingreso de los consumidores nacionales, o por la situación de miedo que se vive en la economía nacional, están viendo cerrar sus puertas o en el mejor de los casos están despidiendo algo de personal.

 

Y es que así como el gobierno federal nos ha convocado a que luchemos juntos contra la influenza, el gobierno federal debería convocar a todas las micro, pequeñas y medianas empresas a trabajar y a no despedir personal, pero para ello hacen falta muchos apoyos.

 

Entre estos hemos ya señalado el extender los apoyos a los “paros técnicos” de manera que la Secretaría de Economía no sólo apoye a las grandes empresas del ramo automotriz o que producen bienes duraderos (de los sectores eléctrico y electrónica). Hay una enorme cantidad de empresas en los ramos textil, calzado, plástico, pegamentos, etc. que están sufriendo por la escasa demanda y a ellos no se les apoya ni en lo más mínimo.

 

Otro punto de suma importancia es que una vez que haya pasado la crisis de la influenza, todos los órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal, deben participar en una inteligente y bien llevada campaña de difusión para que se restaure la confianza y regrese el turismo tanto nacional como internacional.  Esto será fundamental para que las micros, pequeñas y medianas empresas del ramo comercial y turístico se puedan poner en píe más rápidamente.

 

A México le espera un resto del año muy complicado. Desafortunadamente ya terminó el Periodo Ordinario de Sesiones del Congreso de la Unión. Es ahora más que nunca cuando se requieren grandes ajustes en materia económica en nuestro país. Ojala y se convoque a un Periodo Extraordinario de Sesiones en el que el Congreso tomé medidas que fortalezcan a las empresas mexicanas, tanto en el aspecto fiscal, como avanzando en las reformas estructurales que tanto necesita nuestro país.

 

La Secretaría de Hacienda y la Secretaría de Economía también deben hacer lo propio, en función de lo arriba expuesto, si no quieren ver miles de empresas cerrar, y decenas de miles de personas más ingresando a las filas del desempleo.

 

Director General GAEAP*

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