Artículos editoriales |
Fecha: 7/08/09 |
La gravedad de las finanzas públicas en México Alejandro Gómez Tamez* México sufre un creciente problema de desempleo, ya que de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) entre junio de 2008 y el mismo mes de este año, la cantidad de personas desocupadas creció 46 por ciento, ya que la Tasa de Desocupación a nivel nacional ascendió a 5.17 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA). Esto implica que en los últimos doce meses unos 733 mil mexicanos más ingresaron a las filas del desempleo, para que de esta manera el número de desocupados en el país llegara a unos 2 millones 350 mil personas.
Esto es una verdadera desgracia nacional, ya que implica que hay un enorme potencial humano listo para trabajar y contribuir a la producción nacional, que no se está ocupando. De igual manera, este enorme número de desocupados explica, al menos en parte, el porque de la debilidad de la economía nacional. Esto es, en la medida en que hay más desocupados, hay menos capacidad de compra de bienes y servicios por parte de los consumidores, lo que a su vez incide en una demanda débil que hace que las empresas tengan que ajustar a la baja sus niveles de producción. Así, se crea un círculo vicioso, ya que en la medida en que las empresas producen menos, despiden más personal, lo que a su vez incide negativamente en el desempleo y el consumo.
También es importante señalar que en la medida en que las personas tienen menores niveles de consumo y de ingresos, esto repercute negativamente al gobierno por una menor recaudación de impuestos por concepto de Impuesto al Valor Agregado (IVA) y de Impuesto Sobre el Producto del Trabajo (ISPT). De igual manera, si las empresas tienen menores ventas (por esta débil demanda interna y por el desplome de las exportaciones que se ha registrado en casi un 30 por ciento), pues sus pagos al fisco por concepto de Impuesto Sobre la Renta (ISR) o Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) serán menores.
Si a esto le sumamos que Petróleos Mexicanos (Pemex) registró una histórica caída de 56% en las aportaciones que hace al fisco en la primera mitad del año pues el panorama es realmente complicado. Y es que por menor pago de impuestos, derechos y aprovechamientos de la actividad petrolera la Secretaría de Hacienda dejó de recibir aproximadamente 311 mil 277 millones de pesos en el periodo enero-junio, equivalente a 74% de la brecha fiscal ocasionada por el desplome de ingresos presupuestarios del sector público en 2009.
Queda claro pues que al gobierno federal se le han desplomado dramáticamente sus ingresos fiscales. Nada más para darnos una idea del problema que sufre nuestro país, se debe mencionar que la estimación es que al cierre de 2009 los ingresos presupuestarios sean menores en 480.1 mil millones de pesos respecto de la Ley de Ingresos para este año, que estaría conformado por una reducción de 215 mil 500 millones de pesos en ingresos petroleros y de 286 mil 600 millones en ingresos no petroleros.
Es cierto que el gobierno federal ha identificado ciertas medidas para resarcir en 79.8 por ciento esa brecha de 480.1 mil millones de pesos a través de los siguientes factores: 100 mil millones de pesos por coberturas petroleras; 95 mil millones provenientes del remanente de operación del Banco de México; otros 92 mil 400 millones por el uso de fondos de estabilización, y 48 mil 600 por “otros ingresos no recurrentes” como la venta de activos en poder del gobierno.
Sin embargo, aun queda un faltante que cubrir y es por ello que para enfrentar esta situación, la Secretaría de Hacienda ha anunciado dos recortes al gasto que suman 85 mil millones de pesos (conformado por un recorte de 35 mil millones de pesos que se anunció en mayo pasado y ahora uno adicional por 50 mil millones de pesos).
Este último recorte representa una cantidad considerable, ya que se estima que esto tendrá un impacto negativo sobre el Producto Interno Bruto (PIB) de 0.7 puntos porcentuales para este año, además de que prácticamente cancela el “impulso” expansionista del gobierno que intentaba mitigar los efectos de la crisis financiera. Pero lo que es aun más grave es que dentro de este recorte al gasto público, se estima que habrá una disminución de 19 mil millones de pesos en los proyectos de inversión (un 22 por ciento del total del recorte). Esto señalamos que es grave porque el gasto en infraestructura genera un importante “efecto multiplicador” en el resto de la economía, por lo que al cancelarse estos proyectos el impacto en múltiples sectores de actividad será importante.
Sin embargo, también es justo señalar que el anuncio de este recorte al gasto público debería tener un impacto positivo en los mercados financieros, ya que las agencias calificadoras de riesgo de la deuda soberana de México, verán que el gobierno federal esta actuando con “responsabilidad” y en ese sentido el riesgo de que nos bajen la calificación sobre nuestra deuda disminuye. Esto puede hacer que en el corto plazo el peso se fortalezca y las tasas de interés continúen en los niveles actuales.
Así pues, pues podemos irnos preparando para un difícil 2010 en materia fiscal, ya que la Secretaria de Hacienda ha advertido que tratará de incrementar los ingresos tributarios del país a través de una nueva reforma fiscal. Básicamente el Secretario de Hacienda, Agustín Carstens ya nos anunció que se buscará hacer más eficiente el gasto, aumentar los ingresos no petroleros y tener un "pequeño déficit", que se reducirá conforme se vaya recuperando la economía, a fin de llegar a un déficit cero en 2012.
Otro aspecto que complica mucho el panorama de las finanzas públicas es que Agustín Carstens también ha anunciado que a la par de los recortes mencionados anteriormente, se realizará un ajuste de 50 mil millones de pesos en las participaciones de los estados. Esto implica que en el primer semestre del año las participaciones pagadas a las entidades federativas tuvieron una caída a tasa anual de 21.3 por ciento, lo que se traduce en una reducción de 49 mil 214 millones de pesos respecto al mismo periodo de 2008.
De esta manera, las entidades federativas sólo recibieron en junio de este año participaciones federales por 23 mil 745 millones de pesos, el monto más bajo desde octubre de 2007. Ante esta situación, recortes al gasto y mayor deuda serán las principales herramientas de las que echarán mano los gobiernos locales para enfrentar esta disminución en sus recursos.
Ante esto, cabe advertir que esto constituye un verdadero riesgo para la estabilidad y viabilidad financiera de muchos municipios en México, ya que es probable que bastantes se van a inclinar por la opción de endeudarse, y dado que para la mayoría de ellos su base de contribuyentes (por concepto de impuesto predial) es muy pobre, pues lo único que estarán haciendo es hipotecando su futuro. Así, lo más sano es que estos municipios encuentren la manera de recortar su gasto corriente y que el Gobierno Federal encuentre recursos de alguna de sus bolsas que les permita resarcirle a los estados y municipios los recursos que perdieron por la caída en las participaciones.
El año 2010 sin duda será muy complicado en materia de finanzas públicas, y será responsabilidad del Congreso de la Unión resolver este problema sin recurrir a la vieja receta de elevar la carga fiscal a los que ya pagamos impuestos. Se debe procurar que el pago de impuestos sea equitativo y en este sentido sería conveniente eliminar los regímenes especiales y los privilegios fiscales que se dan a varios sectores de actividad.
Director General GAEAP*
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