Artículos editoriales

Fecha: 14/08/09

Colapso industrial y fiscal

Alejandro Gómez Tamez*

Esta semana que concluye, fue de declaraciones y revelación de datos realmente alarmantes sobre la marcha económica y de las finanzas públicas en nuestro país. Uno de ellos tiene que ver con el colapso de la actividad industrial en México en el primer semestre del año, y el segundo está relacionado con el creciente deterioro de las finanzas públicas de la federación.

 

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que la actividad industrial en México registró una caída anual de 10.6% en junio de este año, con la cual el sector cerró el primer semestre de 2009 con un desplome acumulado de 10.7% respecto del nivel que registraba el año pasado, lo que constituye la mayor caída en este indicador en los últimos 75 años.

 

Dentro de la industria, en lo que se refiere a la producción manufacturera, ésta registró en junio una caída anualizada de 15.2%, para así cerrar el primer semestre de este 2009  con una contracción de 15.1% abajo del volumen de la producción que generó en el primer semestre de 2008.

 

Resulta obvio que este desempeño industrial tiene una repercusión directa en el cierre de empresas y la cancelación de empleos formales. Y en este sentido, tenemos que de acuerdo con cifras del propio INEGI, durante los primeros seis meses del año 128 mil 617 empresas ya no soportaron más la situación y cerraron sus puertas (estas son sólo las empresas que cerraron debido a la situación adversa por la que atraviesa la economía nacional y que han influido de manera negativa en el desempeño del establecimiento).

 

Cabe señalar que este dato se refiere al total de empresas formales e informales, ya que si analizamos las cifras del Seguro Social vemos que en el periodo de junio de 2008 al mismo mes de 2009, solamente cerraron sus puertas 2 mil 300 empresas, ya que el número de patrones registrados pasó de un promedio de 827 mil 313 patrones en el primer semestre de 2008 a 829 mil 690 patrones en el mismo semestre de 2009.

 

En línea con lo anterior, en materia de trabajadores totales registrados en el IMSS, tenemos que en el periodo de junio de 2008 a junio de 2009, éstos pasaron de 14 millones 389 mil 961 a 13 millones 793 mil 761, lo que representa una disminución de 596 mil 200 empleos o una caída de 4.1%.  

 

Es por esta débil situación de la planta productiva nacional que urge, más que nunca, que se implementen programas de apoyo a los exportadores, que se den incentivos fiscales y que la nación tenga una verdadera meta en términos de lograr que más empresas se incorporen a los mercados internacionales. Estados Unidos está próximo a salir de la crisis financiera, y Europa va por el mismo camino. México debe aprovechar esta coyuntura, subirse al tren del crecimiento económico, y comenzar a crecer nuevamente con estos apoyos.

 

Hemos mencionado en pasados editoriales que la contracción económica causa que las personas y empresas paguen menos impuestos, y que esto se ha convertido en un severo problema para las finanzas públicas de la federación, estados y municipios, ya que la recaudación por Impuesto al Valor Agregado (IVA), Impuesto Sobre Automóviles Nuevos (ISAN), e Impuesto Sobre la Renta (ISR) disminuyeron en los primeros cinco meses del año 15.8%, 18.2% y 11.8% respectivamente.

 

Mientras que la recaudación de las actividades petroleras que representa el IEPS en gasolina y diesel cayó 115.5%, el derecho ordinario sobre hidrocarburos se redujo en 64.5% y el derecho ordinario sobre hidrocarburos para municipios disminuyó en 64.2%.

 

Mucho se ha dicho acerca de los problemas financieros que esto le ha ocasionado a estados y municipios. Y es que de acuerdo con el segundo informe trimestral de finanzas públicas, las participaciones pagadas a entidades federativas ascendieron a 193 mil 85 millones de pesos en el primer semestre del año, lo que representa un 15% menos de lo que se pagó en el mismo periodo del año pasado.

 

Es por esto, y la fuerte caída en la recaudación petrolera, que el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, advirtió el miércoles 11 que  México enfrenta el “shock financiero” más grande de los últimos 30 años, y por esta razón el gobierno federal propondrá un paquete económico para 2010 que consistirá de más impuestos y un endeudamiento “moderado”, a fin de hacer frente a un faltante de 300 mil millones de pesos para financiar el presupuesto.

 

Tenemos que tan sólo durante 2009 los ingresos petroleros disminuyeron en 211 mil millones de pesos, de los que 158 mil millones son resultado de menor precio y volumen de extracción de petróleo, además de 115 mil millones por menores precios del gas, a los que se suma una caída en la recaudación fiscal de 270 mil millones de pesos. Aunque cabe señalar que como sea “ya libramos” el 2009, ya que las coberturas petroleras contratadas permitieron asegurar el precio de 70 dólares por barril de petróleo, que se traducirá en 100 mil millones de pesos y se obtiene un remanente de operación del Banco de México por 95 mil millones de pesos, además de ingresos no recurrentes por 336 mil millones de pesos. Debido a ello el recorte presupuestal recientemente anunciado fue sólo de 85 mil millones de pesos.

 

Ante la caída de la recaudación fiscal y la petrolera, no se puede concluir otra cosa más que el modelo tributario mexicano ha fallado, ya que no es capaz de generar los ingresos suficientes para financiar el gasto público de una población de más de 100 millones de habitantes. Y si a esto le sumamos el despilfarro en gasto corriente que se da en todos los niveles de gobierno, pues el panorama es gris.

 

Así pues, que es lo que el gobierno federal puede hacer para 2010: En primer lugar, podría recortar ciertos subsidios (como a la gasolina), ya que de acuerdo con información de la propia SHCP, durante el primer semestre de 2009, los subsidios otorgados por el gobierno federal registraron un incremento de 17.6% anual, para llegar a un total de 330 mil 123.1 millones de pesos.

 

También debe implementarse una reforma hacendaria en la que se amplíe la base gravable a través de la eliminación de regímenes especiales y exenciones y mediante una mayor fiscalización. También se debe proponer un cambio en la forma en que se tributa el IVA y lo ideal es tener una tasa generalizada para este impuesto.

 

Por su parte, es fundamental que se defina si la autoridad se queda con el IETU o el ISR, porque a las empresas le hace mucho daño dos gravámenes. Las empresas no pueden convivir esos dos tributos, uno de los dos debe eliminarse. 

 

Por último, se debe lograr una verdadera tributación al sector financiero, ya que este es uno de los sectores que menos impuestos paga. 

 

El año 2010 va a ser mucho muy complicado, pero si se implementan estas medidas estaremos en mejores condiciones para crecer y ser competitivos. No basta con aumentar los impuestos a los que ya pagamos, se deben encontrar nuevos esquemas que permitan aumentar ingresos y bajar gasto corriente, sin sacarle más recursos a los contribuyentes cautivos.

 

Director general GAEAP*

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