Artículos editoriales |
Fecha: 4/03/10 |
Crisis en España: enseñanza para México Alejandro Gómez Tamez*
Durante las últimas semanas hemos leído diversas notas que dan cuenta de la gravedad de los problemas económicos por los que atraviesan Grecia y España, ambas naciones miembros de la Unión Europea. Este artículo editorial tiene como objetivo el ilustrar algunas de las políticas erróneas que implementaron los españoles, ya que lamentablemente en México hemos instrumentado políticas similares. Esto con el fin de reflexionar y, en su caso, enmendar el rumbo, para mejor implementar aquellas políticas que han resultado exitosas en otras latitudes (como las que llevan a cabo países como China).
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Los datos recientes muestran que la recuperación de la economía mundial ya ha comenzado, pero España es uno de los contados países que aún continúa padeciendo severos problemas. El pasado 5 de febrero se publicó una nota en El País, en la cual se señala que de acuerdo con el Banco de España, dicha economía continúo cayendo aun en el último trimestre de 2009, no obstante que el consumo y la inversión dieron ciertas señales de mejora. Así, dicho organismo supervisor estimó que el PIB español cayó 0.1% entre octubre y diciembre respecto al tercer trimestre de ese mismo año (para haber cerrado el 2009 con una caída de 3.6 por ciento). La economía española acumula así siete trimestres en retroceso (según la definición técnica más extendida de recesión basta con enlazar dos trimestres), lo cual se constituye como el periodo de disminución de la producción más extenso entre los países avanzados.
A manera de contraste, tenemos que la economía mexicana (medida a través de su PIB) creció entre el tercer y cuarto trimestres de 2009 a una tasa de 2.03% con cifras desestacionalizadas. Aunque también es pertinente señalar que en su comparación anual, el PIB mexicano disminuyó 2.3% en el lapso octubre-diciembre del año pasado frente a igual trimestre de 2008.
Así pues, España queda como la única economía del G-20 (el club de países ricos y emergentes que coordina los esfuerzos contra la crisis) en recesión. ¿Estadísticamente a qué se debe esto? A dos cuestiones fundamentales: a la pésima evolución del empleo en los últimos meses de 2009 (18.83 por ciento en el cuarto trimestre), así como la debilidad del sector exterior. Estos dos factores han hecho más larga de lo previsto a la actual recesión.
Analizándolo a detalle, el caso español nos muestra lo perverso que puede ser tener una moneda sobrevaluada (en este caso el euro), así como las políticas monetarias al servicio de otras naciones. Durante todo el año pasado España se vio forzada a financiar una balanza comercial muy deficitaria, a la cual difícilmente se le puede meter mano, dado que al tener como moneda al euro está descartado cualquier ajuste al tipo de cambio que dé mayor competitividad a las exportaciones españolas. ¡Tan sólo en el año 2009 España registró un déficit en su balanza comercial de 50 mil 182 millones de euros, mientras que en el año 2008 dicho déficit fue de 94 mil 159.9 millones de euros! Sin duda estos déficits implican una gran destrucción de empleos españoles a costa de la creación de éstos en otras naciones.
¿En México que ha pasado en materia de comercio exterior? Nosotros durante 2008 tuvimos un déficit en la balanza comercial de $17 mil 260 millones de dólares, mientras que en 2009 el déficit fue de $4 mil 677.5 millones de dólares. Cabe señalar que al igual que en España, en buena medida el déficit en la balanza comercial es producto de una sobrevaluación del tipo de cambio. En México durante 2008 vivimos la ilusión del “super peso” y el tipo de cambio llegó a estar a principios de agosto de dicho año en $9.9201 pesos por dólar, lo cual implicó una sobrevaluación del peso del orden del 15.68 por ciento de acuerdo a estimaciones de GAEAP. Al igual que en España, en el caso de México los déficits comerciales han implicado pérdida de empleos nacionales a costa de la creación de estos en otras naciones.
Por su parte, otro elemento que ha causado un gran daño es la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), la cual parece responder más a los intereses de países centrales como Alemania y Francia. Y si a todo esto le sumamos que en España ha habido una ausencia de un régimen fiscal, laboral y de servicios públicos armonizados a escala europea, pues no es de sorprender que la economía española siga teniendo un desempeño mediocre en el contexto europeo.
En el caso mexicano se aprecia una gran similitud. Desde el 1 de diciembre de 1998 hasta el año 2010 padecimos la astringencia monetaria recetada por Guillermo Ortiz Martínez, quien encabezó al banco central en ese periodo y parecía trabajar más al servicio de las instituciones financieras internacionales que a favor de los empresarios y hogares mexicanos. Muestra de ello fueron las excesivamente altas tasas de interés. Y el colmo fue el año 2008, ya que en dicho periodo mientras el mundo bajaba tasas de interés aquí en México Ortiz las subió y subió y subió hasta alcanzar 8.25 por ciento el 15 de agosto. Así pues la similitud es que como en España sufren de un BCE que trabaja más a favor de los intereses alemanes y franceses, aquí en México sufrimos las políticas de un Gobernador que trabajaba a favor de intereses supranacionales.
Afortunadamente Ortiz ya no está al frente del Banxico y ahora Agustín Carstens actúa con la lógica de un Gobernador que busca fortalecer la planta productiva nacional. Muestra de ello es la nueva política del Banxico de salir al mercado a comprar dólares en aras de aumentar reservas internacionales y de pasada impedir una mayor sobrevaluación del peso mexicano. Según los datos proporcionados por el propio Banxico, el lunes 1 de marzo se ejerció la primera opción de venta de dólares del mercado al banco central por un monto de $150 millones de dólares, a un tipo de cambio de 12.7769 pesos por dólar. Bien por el Banxico.
Otros aspectos en los que nos parecemos a España, en cuanto errores de política económica, que se deben corregir es la apuesta al sector automotriz. En México durante la mayor parte de 2009 la Secretaría de Economía implementó un programa de apoyo a las empresas en paro técnico, pero a las empresas que se apoyó fueron eminentemente pertenecientes a los sectores automotriz, de electrodomésticos y químicos. Esto fue un error, ya que en México a las empresas que se debió apoyar fue a las intensivas en mano de obra como textil y del calzado. Esto no en función de un capricho, sino porque la principal urgencia de México es la creación de empleos. España abandonó sus sectores económicos tradicionales y la consecuencia es una tasa de desocupación cercana al 20 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA).
Un punto adicional que se debe mencionar es el relacionado al sector turismo: tanto México como España le han apostado fuerte y lo han impulsado. En relación a esto no podemos más que señalar que es correcto apoyarlo, pero es importante no caer en una excesiva dependencia hacía él, dado que en los años como el 2009 se ocasionan una gran cantidad de problemas cuando éste se contrae. En México es bien sabida la gran pérdida de empleos ocasionada por la caída del turismo por la recesión global además de que se le sumó la epidemia de influenza. Es por esto que nunca será una política económica viable aquella que relega al sector industrial, y especialmente a la actividad manufacturera.
Es por esto que la estrategia que debe implementarse debe imitar lo que los chinos están haciendo. Esto implica un decidido apoyo al sector exportador, inclusive con la implementación de subsidios. El registro de China muestra que ha sabido explotar perfectamente un tipo de cambio en el que el yuan está fuertemente subvaluado para inundar al mundo de productos chinos. Además de que tienen una política industrial con visión de largo plazo y apuestan a su sector manufacturero, aprovechan su ventaja en mano de obra barata, desarrollan constantemente su infraestructura, tienen un régimen fiscal promotor de exportaciones e inversiones, entre otros. Así que no se trata de descubrir el hilo negro, simplemente de copiar aquello que si funciona en otras latitudes. China va a crecer en 2010 nada más que 10.13 por ciento. ¿Alguien siente envidia?
Director General GAEAP* |
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