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Artículos editoriales |
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Fecha: 20/05/10 |
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México: Creciendo pero perdiendo competitividad Alejandro Gómez Tamez* El jueves 20 de los corrientes fue un día de “excelentes noticias” para la economía real de México, ya que se nos informó que tanto el Producto Interno Bruto (PIB), como el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) crecieron por encima de lo que los analistas esperaban al inicio de este año.
Concretamente, tenemos que en su comparación anual (y con cifras originales), el PIB nacional aumentó 4.3% en el primer trimestre de 2010 con respecto a igual trimestre de 2009, lo cual se debió a los avances en las Actividades Secundarias y Terciarias.
Profundizando en las cifras del PIB nacional, tenemos que las Actividades Secundarias registraron un crecimiento de 5.4% a tasa anual en el trimestre en cuestión, y esto fue resultado de alzas en tres de sus cuatro sectores. Concretamente, las industrias manufactureras se elevaron 9.9%, la minería 3.9% y la electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final 1.7%, en tanto que la construcción se redujo -3.8 por ciento. Mientras que con relación al PIB de las Actividades Terciarias, éstas crecieron 3.8% en el primer trimestre de 2010 respecto a igual lapso de un año antes. Destacan las variaciones favorables en comercio; transportes, correos y almacenamiento; servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles; información en medios masivos, y de los servicios de salud y de asistencia social.
Sin embargo, cabe señalar que el PIB de las Actividades Primarias mostró una caída de -1.5% en términos reales durante el trimestre enero-marzo de este año en comparación con el mismo trimestre de 2009, como consecuencia de un decremento en la agricultura y de un aumento en la ganadería.
En cuanto al IGAE, las cifras son aun más “halagadoras”, ya que en su comparación anual, este indicador aumentó 6.9% en términos reales durante marzo pasado. Por grandes grupos de actividades, los resultados fueron los siguientes: las actividades Secundarias crecieron 7.6% y las Terciarias lo hicieron en 6.7%; mientras que las Primarias cayeron -2.9% en el mes en cuestión frente a los niveles reportados en marzo de 2009. Como puede apreciarse, esto va en línea con la evolución del PIB mencionada líneas arriba.
Así, hay muchos que se sienten contentos y optimistas por estos resultados (con todo y que aun no recuperamos los niveles de actividad observados en 2008 y con el hecho de que la recuperación económica mundial se puede descarrilar por los graves problemas que enfrenta la Unión Monetaria Europea).
Por su parte, pareciera que los que festejan esta incipiente recuperación económica nacional no se enteran del desempeño económico de otras naciones y tampoco consideran nuestra posición competitiva mundial. No voy a abordar las altísimas tasas de crecimiento registradas en China, ni voy a hacer un listado de las naciones más competitivas, ya que esta es información ya ha sido abordada en pasados editoriales. Lo que si haré a continuación (para poner las cosas en perspectiva) es hacer una breve mención del desempeño de Brasil en lo que va de este año y comentar la evolución de México en la lista de competitividad mundial del instituto suizo IMD.
Sucede que de acuerdo con previsiones del Banco Central Brasileño, divulgadas en su Índice de la Actividad Económica, dicha economía creció 9.84 por ciento en los tres primeros meses del año, con relación al mismo periodo del año anterior (casi el doble de lo que creció México). Y en este sentido cabe destacar que las previsiones del equipo económico del gobierno de Lula da Silva son de que su economía crecerá entre 5.5 y 6 por ciento para este año.
Por su parte, de acuerdo con la lista de competitividad mundial de IMD, este año México retrocedió un lugar más en dicha lista, al bajar del sitio 46 al 47 de entre 58 países evaluados, con lo que acumula una caída de 14 posiciones en la última década.
Según el World Competitiveness Yearbook 2010, de los 4 grandes rubros analizados, en los que el país está más rezagado son eficiencia de negocios e infraestructura. Sin embargo, los temas en los que México ocupa el último lugar en la escala de competitividad mundial son evasión fiscal e impuestos corporativos; reformas económicas y sociales, así como tecnología y comunicaciones, Internet y conectividad.
Ante todo esto no queda más que concluir que la situación en México si bien ha “mejorado” en las cifras macro, no es del todo favorable cuando nos comparamos con lo que avanzan nuestros competidores y cuando apreciamos que la competitividad nacional no tiene rastros de mejorar. Al Legislativo definitivamente no le interesa, tan es así que las reformas estructurales continúan estancadas. ¿Cuáles reformas? A continuación se presenta un listado de los pendientes:
1. Desregulación y simplificación administrativa 2. Gasto público 3. Fiscal 4. Energética 5. Laboral 6. Telecomunicaciones 7. Educación 8. Política
Pero no nos vayamos tan lejos con estas “grandes reformas” (porque para no aprobarlas siempre habrá pretextos), tenemos como ejemplo que al Legislativo no le ha interesado siquiera aprobar lo más elemental, como es la Ley Antimonopolios. Esta aprobación urge porque de acuerdo con BBVA Research, México “está claramente peor que los países emergentes en Latinoamérica”.
En este sentido, los legisladores no se han dado cuenta de que México requiere de un instrumento que de competitividad al país evitando la falta de concentración de mercado y la falta de efectividad de la política anti-monopólica. Mientras no se de esta reforma seguiremos enfrentando problemas por falta de crecimiento económico, además de presiones inflacionarias innecesarias.
A México ya le llegó su presente, la mayoría de las naciones emergentes nos rebasan y las cosas se complican en Europa. Las autoridades están aletargadas y piensan más en conflictos políticos que en lo que necesita el país. Entre gobernantes incompetentes y políticos que apuestan al fracaso del adversario para ganar adeptos, el pueblo está sufriendo las consecuencias de un desempleo que no disminuye y un crecimiento que sólo beneficia a las grandes empresas. Ojala y las autoridades lo entiendan por el bien de México, o bien que contesten ¿qué tiene que pasar en este país para que se hagan las cosas? Director General GAEAP*
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