Artículos editoriales |
Fecha: 8/10/09 |
El crecimiento económico de México Alejandro Gómez Tamez* En ocasiones parece que nuestro país está irremediablemente condenado a la mediocridad económica y a continuar siendo una fábrica de pobres. Esto lo afirman diversos analistas tanto nacionales como extranjeros, que ven con lástima como una nación con tanto potencial de crecimiento no puede dar el “salto” a un proceso de desarrollo sostenido como si lo han hecho naciones como Corea, Chile, Malasia, Singapur, Polonia, República Checa, entre otros. En este sentido, recientemente el Economist Intellegence Unit (EIU), a través de Justine Thody, planteó un panorama adverso para la economía nacional en el 2010. La directora regional para América Latina de la EIU advirtió que a mediano plazo el panorama para la economía mexicana será más complicado de lo que ya es debido a varios factores. Uno de ellos es el ya comentado debilitamiento de los ingresos públicos por la caída del precio del petróleo y por el deterioro de la base de contribuyentes nacional (por una menor actividad económica). |
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Por otra parte, otro factor que repercutirá negativamente en la recuperación económica nacional es que México sigue siendo extremadamente dependiente de los Estados Unidos, y lamentablemente se espera que nuestro vecino del Norte vuelva a reducir su nivel de actividad económica una vez que se retiren los elevados fondos del rescate financiero. Además de que debe también señalarse que a partir del año 2013 Estados Unidos tendrá nuevamente problemas con su crecimiento una vez que concluyan los paquetes fiscales de rescate. En el nuevo orden económico de las naciones, para muchos el consumidor estadounidense dejará de ser el principal motor de crecimiento económico y la responsabilidad ahora recaerá en algunos países en desarrollo. De esta forma, la perspectiva es que México crecerá a lo mucho 2.8 por ciento en 2010, y que en los años siguientes su tasa de crecimiento esté en un nivel cercano al 3 por ciento anual. Esto implica que será hasta el año 2012 que recuperaremos en términos reales el nivel de producción que teníamos en el año 2008. ¿Qué podemos hacer entonces para no estar condenados a tener un crecimiento tan mediocre todos los años? ¿Por qué tenemos una economía en la que resulta ser extraordinario el año en el que crecemos más de un 4 por ciento? Esto es lamentable, ya que de acuerdo al propio Banco de México, nuestro país tiene el potencial para crecer a una tasa del 6 por ciento anual, pero siempre y cuando se lleven a cabo las reformas estructurales que generen una mayor competencia en la economía. Entre ellas están las multicitadas: energética, laboral, fiscal, administrativa, entre otras. Así pues, otro aspecto que también se ha mencionado hasta el cansancio y urge resolver es nuestra excesiva dependencia de las exportaciones a los Estados Unidos. Aproximadamente 80 por ciento de lo que vendemos al exterior tiene como destino nuestro vecino del Norte, lo que ocasiona que mientras su industria no se recupere nuestro sector exportador continuará debilitado y por ende nuestra producción y empleos. Autoridades y empresarios no han entendido la importancia de diversificar mercados para dejar de depender exclusivamente del ciclo económico norteamericano. Nos hemos ido por la alternativa fácil de venderle a quién nos queda más cerca, pero también existen otros 48 países con los que tenemos acuerdos o tratados comerciales que están sin aprovecharse. México requiere diversificar urgentemente su economía para alcanzar y mantener tasas elevadas de crecimiento a partir de 2010. Sería beneficioso que nuestro país dejara de depender tanto de Estados Unidos para sus exportaciones, turismo, inversión directa e indirecta, y remesas. Esto es importante porque a juicio de diversos analistas, estas fuentes de ingresos van a ser más débiles en el mediano plazo. Por otra parte, ya es momento de apostarle verdaderamente a la competitividad de las empresas nacionales. Tenemos que darnos cuenta de que no podemos seguir basando nuestra competitividad básicamente en nuestro bajo costo de la mano de obra. Es lamentable conocer de estudios como el recientemente publicado por la Comisión Económica para América Latina (Cepal) sobre el mercado laboral mexicano, y en el que se señala que de 34 países analizados México ocupa la penúltima posición en cuanto a salarios o compensaciones económicas que se pagan por hora en la industria manufacturera. Esto ha ocasionado un círculo vicioso, ya que en aras de atraer inversiones nos mostramos como un país atractivo por sus bajos sueldos, pero esto ha ocasionado una enorme debilidad del mercado interno. Tenemos que tan sólo entre 1994 y el año 2007 las percepciones se han deteriorado un 25 por ciento, lo que ha debilitado el poder adquisitivo de los trabajadores y ha afectado de manera negativa al mercado interno (las empresas venden poco porque los consumidores ganan poco), reduciendo la posibilidad de dinamizar la economía. Así, no obstante que se ha reconocido que lo peor de la crisis ya pasó (fue en el segundo trimestre de este año) y que algunos indicadores comienzan a dar señales positivas, el panorama para la economía nacional en general es incierto. De acuerdo con los analistas del sector privado que mes con mes son encuestados por el Banxico, se espera que en el tercer trimestre del año la contracción del PIB sea de 6.8 por ciento y en el cuarto de 3.7 por ciento. Esto implicaría una caída de un 7.2 por ciento para todo 2009. Así, en palabras del propio Fondo Monetario Internacional (FMI): "México ha sido la economía más duramente golpeada… La economía de México se recuperará más lentamente (que el resto de la región) porque ha sufrido una caída más aguda en los flujos de comercio debido a su alta integración y dependencia con Estados Unidos, y su dependencia asimismo de las exportaciones de manufacturas". Así pues, en las manos de los gobernantes y políticos está el cambiar las cosas. Hacer los cambios legales para que la economía sea más competitiva y que las empresas puedan crecer. En los empresarios está el hacer un mayor esfuerzo por diversificar sus mercados y aprovechar la incipiente recuperación del consumo que comienza a darse en algunos países. Si nos quedamos como estamos seguiremos creciendo a niveles mediocres y en la próxima crisis económica volveremos a perder lo que hemos avanzado. México tiene un gran potencial, aprovechémoslo. Director General GAEAP* |
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