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Análisis Economía Nacional |
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Fecha: 9/1/14 |
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Se derrumba la confianza de los consumidores mexicanos Alejandro Gómez Tamez*
El componente más importante de la demanda agregada de un país es el “consumo privado”, el cual se ve influenciado directamente por diversas variables, entre las que destacan el ingreso y las expectativas.
Respecto a las expectativas, cabe señalar que cuando las personas se sienten optimistas hacía el futuro, el consumo tiende a crecer, mientras que cuando éstas son negativas el consumo cae, ya que la gente se vuelve más conservadora en cuanto al gasto.
En este tenor, debe preocupar mucho el dato sobre el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) correspondiente diciembre de 2013, recientemente publicado por el INEGI, ya que éste muestra que en general hay un amplio pesimismo entre los consumidores mexicanos.
El INEGI informó que el ICC se situó en 89.7 puntos durante diciembre de 2013 (con base enero de 2003=100), lo cual representó una caída de -9.4% respecto al nivel alcanzado en igual mes de 2012.
Este resultado se debe a las disminuciones en los cinco componentes parciales que se integran para medir el ICC, las cuales se dieron de la siguiente manera:
a) El indicador que capta la situación económica de los integrantes del hogar en el momento actual, con relación a la que tenían hace doce meses, se ubicó en el último mes de 2013 en 94.1 puntos, nivel -3.4% inferior al alcanzado en diciembre de 2012.
b) El componente que mide la situación económica que se espera para los miembros del hogar dentro de doce meses, respecto a la que registran en el momento actual, mostró un nivel de 98.4 puntos en diciembre del año pasado, lo que significó un descenso de -5.5% respecto a los 104 puntos reportados en igual mes de 2012.
c) En el mes de referencia, el rubro que evalúa la situación económica del país hoy en día, comparada con la que prevaleció hace doce meses, registró un retroceso anual de -13.9%, al ubicarse en 88.2 puntos.
d) El indicador que refleja la percepción de los consumidores sobre la situación económica del país dentro de doce meses, respecto a la actual, presentó en diciembre de 2013 un nivel de 91.8 puntos, cifra inferior en -15.1% a los 108.2 puntos que se observaron en el mismo mes de 2012.
e) Finalmente, el indicador que hace referencia a las posibilidades en el momento actual por parte de los integrantes del hogar, comparadas con las de hace un año, para comprar bienes durables, tales como muebles, televisor, lavadora y otros aparatos electrodomésticos, mostró en diciembre de 2013 una caída anual de -8.5%, al colocarse en 75.9 puntos.
Desde luego que este pesimismo obedece en buena medida a las malas expectativas creadas tras la aprobación de la reforma fiscal, la cual contiene múltiples alzas de impuestos (IVA a ciertos productos y en la frontera, así como el IEPS a los alimentos principalmente) y mayores controles para los contribuyentes.
Decíamos al inicio de esta nota que esta sensación de pesimismo es muy preocupante porque puede ocurrir lo que se conoce como “profecía autorrealizada”, en el sentido de que aunque las expectativas macroeconómicas para el año sean “positivas”, el pesimismo de los consumidores puede restringir el gasto de éstos lo que eventualmente causa menores ventas y una caída de la economía cancelando así las posibilidades de crecimiento que se tienen ahora en día.
El gobierno federal debe trabajar para cambiar esta percepción de los consumidores antes de que sea demasiado tarde, aunque con medidas como el aumento de la gasolina en 21 centavos a principios de año, más los aumentos en tarifas eléctricas y gas (para las empresas) harán muy difícil que esta mentalidad cambie en el corto plazo. Director General GAEAP* |
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