Artículos editoriales / Sección especial: Economía de China

Fecha: 18/4/13

Relanzar la relación comercial con China

Alejandro Gómez Tamez*

 

Los signos de desaceleración económica de México son ya palpables. Más allá de los comentarios de  empresarios del sector manufacturero acerca de lo “lento” que está resultando este inicio de año, los indicadores del INEGI confirman que se nos están terminando el poco vuelo que traíamos.

 

De acuerdo con el INEGI, en el comparativo de febrero de este año respecto a igual mes de 2012, la Producción Industrial disminuyó -1.2%; y si analizamos este dato por cada uno de sus componentes encontramos que la Construcción descendió -2.3%, las Industrias manufactureras -0.9%, la Minería -0.8% y la Electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final lo hizo en -0.5% en términos anualizados en el periodo en cuestión.

 

Por su parte, el INEGI también informó que en enero de este año (dato más reciente disponible al escribir estas líneas), las ventas al por menor de los establecimientos comerciales crecieron apenas 1.8% en términos reales respecto a igual mes de 2012; mientras que las ventas al por mayor de los establecimientos comerciales cayeron -3% en términos reales en el mismo periodo.

 

¿A qué se debe esta evolución? Podemos enumerar múltiples elementos, pero un factor que sin duda juega un papel importante es la sobrevaluación que ha mostrado el peso en lo que va de este año. Esto debido a que un “super peso” ocasiona que haya menos producción y menos ingresos para las empresas y familias mexicanas tal como se describirá a continuación:

 

Por una parte, el que haya un peso fuerte hace más barato importar mercancías que producirlas en México, lo que pone en puntos suspensivos algunos proyectos productivos nacionales (los empresarios se preguntan si deben adquirir maquinaria y contratar personal o mejor simplemente comprar las mercancías de los extranjeros). Además, un dólar barato hace que los productos mexicanos se vuelvan más caros en términos de dólares, lo cual limita las posibilidades de exportar, tal como se ha mencionado en interminables ocasiones en esta columna.

 

Pero aunado a lo anterior, el hecho de que el dólar esté en niveles cercanos a los $12.10 pesos, provoca que los ingresos por exportaciones que reciben las empresas generen menores ingresos en pesos; y lo que es peor, el dólar barato hace que los ingresos por remesas (de los cuales dependen muchas familias mexicanas pobres) se hayan visto deteriorados por encima de la caída que de entrada ya presentan éstas en el 2012 y lo que va de 2013.

 

¿De qué magnitud es la afectación por el “super-peso”? Veamos un simple ejemplo para ilustrarla: si tomamos en consideración que en 2012 México realizó exportaciones por $370.9 mil millones de dólares y recibió remesas por $22.4 mil millones de dólares, pues si el dólar hubiese estado un peso por encima del nivel que registró, pues las empresas y familias mexicanas hubieran recibido casi $400 mil millones de pesos adicionales de ingresos.  

 

Aunado a lo anterior, la delincuencia también ha impuesto un costo en la actividad económica, el cual ascendió a $115.2 mil millones de pesos en 2011 según el INEGI. Y por si esto fuera poco, las familias y por ende los consumidores sufren un sobre endeudamiento producto de créditos hipotecarias, automotrices, y por la expansión  indiscriminada de negocios de préstamo inmediato (los cuales abundan en las zonas comerciales populares y actúan en muchos casos como agiotistas). 

 

Y además de todo lo hasta ahora mencionado, pues los problemas económicos y financieros continúan en los Estados Unidos y la Unión Europea, golpeando al sector exportador nacional, el cual decreció -1.5% en el primer bimestre de este año respecto a igual bimestre de 2012. 

 

Todo lo anterior ya preocupa a diversos lideres empresariales, aunque no lo manifiesten abiertamente en los medios de comunicación. Y es por ello que se requieren medidas urgentes para darle un impulso al aparato productivo nacional.

 

En este sentido se vuelven indispensables las reformas a las telecomunicaciones y la energética, las cuales seguramente generaran importantes inversiones productivas en el país, que después, a través de un efecto multiplicador ocasionarán un impacto positivo en el resto de la economía.

 

Sin embargo, las reformas estructurales señaladas no son la panacea, y tampoco van a resolver los problemas de un día para otro; por lo tanto se deben tomar medidas urgentes para relanzar el comercio exterior mexicano, y este relanzamiento debe iniciar con el objetivo de mejorar nuestra relación comercial con China, aprovechando la reciente visita que nuestro presidente Enrique Peña Nieto hizo a dicha nación. Esto es importante porque según lo que se ha informado, China tiene la voluntad de mejorar el desequilibrio comercial existente con México, el cual ascendió a -$51,215.3 mdd tan sólo en 2012. 

 

¿Y qué opinan los chinos sobre la relación comercial con México y sobre la visita de Peña Nieto a China? A este respecto vale la pena destacar que el 16 de abril el sitio de internet chino caijing.com publicó un amplio análisis  sobre la visita de nuestro presidente y también hizo referencia a lo que en esta columna se ha escrito respecto el desequilibrio comercial entre México y China, y en mi artículo “El petróleo no es la solución con  China” publicado el 8 de abril de este año en mi blog en El Financiero.

 

Concretamente en la nota publicada por el sitio de internet referido  (http://comments.caijing.com.cn/2013-04-16/112680409.html)  se hace un recuento de la reciente gira de trabajo del presidente Peña Nieto por Asia, y de entrada destacan que en el sitio web de la Oficina de la Presidencia se le da más realce a las actividades de nuestro presidente en Japón por encima de las realizadas en China; y no se sorprenden de este hecho ya que también nos recuerdan que México fue la última nación en darle el visto bueno a la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio en el año 2001, además de que destacan que nuestro país es uno de los que más investigaciones antidumping ha realizado en contra de China.  En contraste, destacan que si hemos apoyado a Japón respecto a sus intenciones de entrar en las negociaciones del Tratado Trans-Pacífico (TTP).

 

En el artículo de caijing.com también mencionan que el presidente Peña afirmó que "China y Japón no sólo son importantes socios económico de México, sino también a nuestros amigos y aliados estratégicos". Sin embargo, el medio advierte que dicho calificativo de aliado estratégico aplica sólo para Japón y no para China.

 

Critican que si bien Peña utilizó durante su viaje una palabra clave: “comercio”, si estableció diferentes demandas para China y para Japón. Mientras que en la relación con China marcó como objetivo reducir el enorme déficit comercial para comprar lo "Hecho en México", con Japón el objetivo es profundizar y mejorar las relaciones bilaterales, sobre todo las económicas y comerciales.

 

El artículo de cajing.com agrega que desde antes de su visita a China, la opinión pública mexicana ha criticado el déficit comercial de México con China y ha presionado al presidente Peña. Y menciona que su servidor Alejandro Gómez Tamez ha proporcionado datos de un déficit comercial de -$51.215 miles de millones de dólares en 2012 y que inclusive criticamos en el artículo editorial del 8 de abril que el acuerdo petrolero que se había firmado por 30 mil barriles de petróleo diarios que México le venderá a China es insuficiente para mejorar el saldo de la balanza comercial ya que esto aporta unos $700 millones de dólares adicionales de exportaciones, cifra que no genera empleos y palidece en relación al gigantesco déficit comercial.

 

El artículo, bastante extenso, se sorprende de que en México no haya críticas similares respecto a la balanza comercial deficitaria que tiene nuestro país con Japón. Mencionan que según datos de México el comercio bilateral de nuestro país con Japón ha llegado a una cifra record de $22 mil millones de dólares en 2012, y que tenemos un déficit con Japón por $17,655 millones de dólares, pero no obstante este desequilibrio con Japón la opinión pública mexicana no critica esta situación.

 

En fin, estas son algunas de las cuestiones que se preguntan los chinos sobre nuestro comportamiento, y en realidad vale la pena leer el artículo completo, e cual está en chino, pero con el traductor de google se puede entender bastante bien la idea central que se quiere resaltar.

 

Como puede apreciarse el relanzar el comercio exterior mexicano, sobre todo partiendo de la base de comenzar a equilibrar la relación comercial con china no será fácil, ya que de entrada ellos no entienden el sentido de nuestras críticas.

 

Y por otra parte, con un “super peso” de por medio la labor no será tampoco sencilla por las razones antes expuestas. Hemos señalado que el excesivo flujo de capitales es lo que está ocasionando que tengamos esta situación de fortaleza de nuestra moneda. Hemos advertido al Gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, al respecto, y de hecho ya el Fondo Monetario Internacional (FMI) opinó en el mismo sentido. 

 

El 17 de abril el FMI hizo un llamado para que América Latina “se mantenga alerta ante el importante flujo de capitales que sigue entrando a la región, resultado de las políticas expansivas dirigidas desde las economías avanzadas”, y es por esta razón que advirtió que esta excesiva liquidez ha propiciado la dependencia del sector público y el privado en este tipo de economías, entre las que se encuentra México, por lo que sería más prudente “mantener la guardia en alto”.

 

Pero todo esto, que muchos economistas ven, parece no ser compartido por los talibanes financieros, quienes no se preocupan por la creación de empleos en México y sólo trabajan para los intereses de su sector, el cual obtiene de las empresas y hogares mexicanos las utilidades que no genera en otros países del mundo.

 

El lunes de esta semana, el presidente del Comité de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas declaró que si la Junta de Gobierno del Banco de México considera bajar la tasa de interés, lo debe hacer con fines de política monetaria. “Cualquier movimiento de la tasa debe responder al objetivo de la inflación y no por manipular el valor del tipo de cambio”.

 

Sin embargo, insisto en que este señalamiento tiene como objetivo el presionar al Banco de México respecto a que se deben mantener las tasas de interés ya que esto favorece a los bancos. Pero como lo he señalado anteriormente, perjudica a la planta productiva y al empleo nacionales ya que genera un peso artificialmente sobre valuado.

 

Así pues y para no extenderme más quisiera finalizar señalando que México atraviesa por un sendero de peligros ya que la economía nacional se está desacelerando, tal como lo demuestran las cifras del INEGI. Así pues, la apuesta debe ser por promover el sector externo, y debemos iniciar componiendo la relación comercial con China; pero para ello debemos tener condiciones de competitividad, sobre todo en materia de tipo de cambio. El asunto es así de simple y complejo al mismo tiempo; ojala que las autoridades lo entiendan y actúen en consecuencia implementando las herramientas que permitan un relanzamiento del comercio exterior mexicano.

 

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