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Fecha: 13/09/12 |
La macro y la micro economía en México Alejandro Gómez Tamez*
En los últimos tres años, en nuestro país la macroeconomía ha marchado relativamente bien, y eso difícilmente se puede negar al observar el desempeño de variables como el Producto Interno Bruto (PIB), el cual mide el valor de toda la producción de bienes y servicios en el país. Y es que de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), después de que cayó el PIB en un -5.95% en 2009, en 2010 comenzó la recuperación y éste creció 5.55%, mientras que en 2011 se elevó otro 3.93%. Por su parte, en los dos primeros trimestres de 2012 el crecimiento de la producción en nuestro país ha sido de 4.3% en promedio.
Así pues, si bien hubo un fuerte bache en el desarrollo económico de nuestro país en 2009, el nivel de PIB del segundo trimestre de 2012 ya es 4.79% superior en términos reales al observado en el segundo trimestre de 2008, por lo que podemos decir que la grave crisis económica que nuestro país sufrió en 2009 ya ha quedado atrás para el agregado de actividades económicas en el país.
Sin embargo, pues esto es lo que ha sucedido en el global de las cifras; es decir, en la macroeconomía y con las grandes empresas de México. Y es que cuando hablamos del PIB debemos pensar que su evolución ésta influenciada fuertemente por el desempeño de las grandes empresas públicas y privadas de nuestro país, y que en las cifras agregadas no se alcanza a percibir la difícil realidad que se vive en la microeconomía.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre las principales fuentes de información para el cálculo del PIB trimestral están empresas y asociaciones como las siguientes:
Comisión Federal de Electricidad (CFE), Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Petróleos Mexicanos (PEMEX), Teléfonos de México, S.A. (TELMEX); Radio Móvil Dipsa, S.A. de C.V. (TELCEL); Grupo IUSACELL S.A. de C.V.; Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA); Satélites Mexicanos (SATMEX); Aerovías de México, S.A. de C.V. (AEROMEXICO); Almacenadora Sur, S.A. de C.V.; Almacenadora Centro Occidente, S.A.; Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, A.C. (AMIA); Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, A.C. (ANPACT); Cementos Mexicanos, S. A. de C. V. (CEMEX); Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS); Asociación de Bancos de México (ABM), así como otras empresas de servicios públicos y privados.
En base a lo anterior pues debe quedar claro que si a estas grandes empresas les va bien, pues a México también le va bien en los números macroeconómicos, y eso es lo que en buena medida ha pasado en nuestro país en los últimos tres años cuando hablamos de crecimiento económico. Sin embargo, para profundizar en el tema vale la pena echarnos un clavado para ver que nos dicen las estadísticas oficiales en términos de la importancia relativa de las empresas según su tamaño en México.
Para evitarnos especulaciones hay que recurrir a las fuentes oficiales en este análisis, y en ese tenor, de acuerdo con la información del Censo Económico 2009 publicado por el INEGI, en 2008 había en México 3,662,688 unidades económicas en manufacturas, comercio y servicios; y de éstas, 3,502 tenían entre 251 y 500 empleados, 1,635 tenían entre 501 y 1,000 empleados; y solamente 932 tenían más de 1,000 empleados. Lo anterior implica que en nuestro país en el año 2008 sólo había un total de 6,069 empresas en manufacturas, comercio y servicios con más de 250 empleados, lo que representa el 0.17% del total de las unidades económicas en estas actividades.
Por su parte, de acuerdo también al Censo Económico 2009, en el 2008 había en México un total de 18,136,036 personas ocupadas en manufacturas, comercio y servicios, de las cuales 1,203,868 personas laboraban en empresas de 201 a 500 empleados, 1,137,035 laboraban en empresas de 501 a 1000 empleados, y 2,172,432 personas trabajaban en empresas de más de 1,000 empleados. Lo anterior implica que en el año 2008 había en México 4,513,335 personas laborando en manufacturas, comercio y servicios, lo que representa el 24.89% del personal ocupado que labora en estas actividades.
Cruzando la anterior información podemos afirmar entonces que en el 2008, en manufactura, comercio y servicios, el 0.17% del total de empresas tenían más de 250 empleados, y éstas daban empleo a 24.89% del total de la población ocupada en dichas actividades. O puesto de otra forma, en 2008 el 99.83% de las unidades económicas en manufacturas, comercio y servicios tenían 250 empleados o menos, y éstas daban empleo al 75.11% del total de la población ocupada en dichas actividades.
Aunado a todo lo anterior, un dato adicional que es muy importante es el que proporciona la Secretaría de Economía en su página de internet, y en el que señala que el 65% del PIB del país es producido por grandes empresas.
Así pues, la información hasta ahora presentada debe ser suficiente para ilustrar como en México sólo unas pocas empresas mueven los grandes indicadores macroeconómicos, como el PIB, pero que el grueso de los empleos son generados por las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). Es por lo anterior que se vuelve urgente que las políticas públicas en materia económica vayan dirigidas a apoyar a las mipymes, ya que de lo contrario la creación de empleos en este país estará por debajo de lo que se requiere; es decir, podrá seguir creciendo el PIB, pero el déficit de empleos seguirá aumentando.
Y es que es lamentable ver que el gobierno cuida en exceso ciertos indicadores macroeconómicos, tales como el PIB, el índice nacional de precios al consumidor, la balanza comercial, entre otras; y deja de observar la situación que día a día enfrentan las mipymes, siendo que son éstas las que más inciden en una variable fundamental: la tasa de desocupación.
Otro punto que merece ser destacado es que si pudiéramos quitar las grandes empresas de la balanza comercial mexicana, veríamos un inmenso déficit comercial, y esto se debe a que el tipo de cambio (con un peso recurrentemente sobrevaluado respecto al dólar) no ha sido un instrumento que ayude a aumentar la competitividad de las pequeñas y medianas empresas e impulsarlas para que éstas incursionen en los mercados internacionales, dado el escaso crecimiento del mercado interno.
Hemos insistido en múltiples ocasiones en las diversas políticas que podrían ayudar a las mipymes, y tal vez en donde más hemos puesto énfasis es en el tipo de cambio, el cual debe evitar la sobrevaluación del peso, lo que se puede lograr ajustando a la baja la tasa de interés objetivo del Banco de México. Hemos mencionado la importancia de que aumenten las compras gubernamentales a estas empresas y también hemos criticado decisiones absurdas del gobierno federal, como lo fue el haber disminuido unilateralmente los aranceles a la importación de productos intermedios y terminados a partir de 2009.
En fin, hay que exigirle a las autoridades que llegarán con el nuevo gobierno federal que tengan una visión de apoyo decidido a las mipymes, ya que de lo contrario el problema del desempleo en nuestro país no sólo no disminuirá sino que aumentará como lo está haciendo en el resto del mundo.
Director General GAEAP* |
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