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Fecha: 24/01/13

Los Talibanes monetarios de México

Alejandro Gómez Tamez*

 

Hay buenas noticias en el plano financiero para nuestro país, ya que el anuncio de política monetaria por parte del Banco de México, hecho público el 18 de enero de 2013, parece dar un giro de 180 grados con respecto a la política monetaria que ha implementado el Banxico en los últimos años.

 

Desde que Guillermo Ortiz Martínez fue Gobernador del Banxico, los mexicanos hemos padecido de una política monetaria astringente que provoca elevadas tasas de interés, altos costos financieros para empresas y familias, sobrevaluación recurrente del peso frente al dólar, falta de liquidez en la economía y por lo tanto menor crecimiento económico y del empleo. Por esa razón esta columna ha sido crítica de la política monetaria llevada a cabo por el Banxico desde el primer editorial que fue publicado por EL FINANCIERO desde el 14 de abril 2008, ya que desde entonces las decisiones implementadas por la autoridad monetaria del país han resultado perniciosas para el empleo y la planta productiva nacional.

 

Tal fue la astringencia de la política monetaria que nos tocó vivir a finales de la década pasada que cuando explotó la crisis financiera en los Estados Unidos en septiembre de 2008 con la caída de Lehman Brothers, la reacción de Guillermo Ortiz fue de elevar las tasas de interés en México (cuando el resto del mundo las bajaba) y no fue sino hasta marzo de 2009 que comenzó a bajarlas. Recuero perfectamente que en aquel entonces tanto el Presidente Felipe Calderón como el entonces Secretario de Hacienda, Agustín Carstens, le recomendaban al Banxico bajar las tasas de interés, y la reacción de los talibanes monetarios de México fue inmisericorde y los acusaron de todo lo malo que se pudiera.  Claro que las erróneas decisiones de política monetaria de Guillermo Martínez le costaron a país ser la nación miembro de la OCDE que mayor caída del PIB tuvo en 2009 y haber registrado la más grande disminución de la producción en la historia moderna de México, con el consecuente aumento del número de pobres tanto en valor absoluto como en porcentaje.

 

Afortunadamente Guillermo Ortiz Martínez salió del Banxico en diciembre de 2009 y el 28 de ese mes llegó Agustín Carstens. Desde que llegó Carstens al Banxico el banco central ha mantenido fija la tasa de interés de referencia en un nivel de 4.5%, lo que en un principio estuvo bien, pero después en un contexto de baja de tasas de interés en el resto del mundo implicó como si México hubiese elevado sus tasas de interés (ya que los diferenciales de tasas se ampliaron contribuyendo con ello a la sobrevaluación del peso y al incremento elevado de importaciones manufactureras).

 

Y es por esa razón que desde esta columna hemos insistido una y otra vez que para fortalecer el crecimiento económico y la creación de empleos en México, para controlar la excesiva entrada de capitales golondrinos al país, y para beneficiar a los pobres a través de un tipo de cambio más competitivo, es necesario que el Banxico baje su tasa de interés de referencia entre 0.25 y 0.50 puntos porcentuales.

 

Esta propuesta ha estado sustentada en que las economías importantes a nivel mundial han bajado sus tasas, en los bajos niveles de crecimiento económico y del empleo que ha tenido nuestro país y en el hecho de que los episodios de inflación que hemos tenido desde 2009 han sido por causas estructurales y no monetarias, por lo que el bajar la tasa de interés no debía traducirse en un aumento generalizado de precios.

 

Es bien sabido de los graves problemas de desempleo y subocupación que registra nuestro país, y para ilustrar esto cabe mencionar que en la más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo correspondiente al cuarto trimestre de 2012, se menciona que en dicho trimestre el porcentaje de desocupados en México fue de 4.96% de la población económicamente activa, mientras que el porcentaje de subocupados fue de 7.6% de la población ocupada. Estos porcentajes se dicen fácil, pero implican unos 2.2 millones de desocupados y unos 3.4 millones de personas subocupadas. Así, debe quedar claro que el problema laboral en México es grave, sobre todo porque no existe una red de seguridad social que proteja a los desempleados como si existe en los Estados Unidos y en Europa.

 

Así pues, si la inflación está controlada no tiene sentido mantener una política monetaria astringente que impida al país crear los empleos que requiere, y sobre todo en un marco de nubarrones económicos y financieros a nivel mundial. 

 

Es por todo lo anterior, que llama poderosamente la atención el que en el pasado anuncio de política monetaria, en el párrafo final del comunicado, el Banxico haya manifestado lo siguiente:              

 

“Considerando la disminución en las presiones inflacionarias en el país, que la tendencia a la baja en la inflación general y subyacente parece estarse confirmando sustentada en fundamentos sanos y que no se han presentado nuevos choques, la Junta de Gobierno ha decidido en esta ocasión mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 4.5 por ciento. Más aún, de consolidarse el entorno descrito podría ser aconsejable una reducción del objetivo de la Tasa de Interés Interbancaria a un día para facilitar el ajuste de la economía a una situación de menor crecimiento económico y menor inflación. En todo caso, la Junta vigilará la evolución de todos los factores que podrían afectar a la inflación, con el fin de estar en condiciones de alcanzar el objetivo permanente de 3 por ciento.”

 

Esto es por demás importante ya que está evidenciando que el Banxico ahora si tiene un genuino interés en coadyuvar para lograr un mayor crecimiento económico bajando por fin la tasa de interés. Y pues se debe admitir que esté es un comunicado valiente que habla excelentemente bien de los miembros de la Junta de Gobierno del Banxico, y por lo tanto debe aplaudirse al ser un punto de vista correcto.

 

Sin embargo, ante este anuncio las cosas no se iban a quedar así y de inmediato hubo reacciones en contra del Banxico. En ese sentido tenemos declaraciones de varios analistas que señalaron que el Banxico está incurriendo en demagogia con este tipo de anuncios y que debería limitarse a realizar lo que le mandata la Constitución (preservar el poder adquisitivo de la moneda).

 

Es decir, hay muchas personas ligadas a sector financiero interesadas en que las tasas de interés se mantengan altas para poder seguir cobrando altas tasas de interés a costa de ricos y de pobres. ¿Y porque digo de pobres si los pobres no son sujetos de crédito? Pues porque con las elevadas tasas de interés se provoca una sobrevaluación del peso que disminuye la cantidad de pesos que los pobres reciben por las remesas que les son enviadas (unos 22 mil millones de dólares al año).

 

Así, estos talibanes de los mercados financieros luchan por mantener el estatus quo de las cosas porque gracias a eso el sector financiero nacional (predominando por bancos extranjeros) puede ganar en México lo que no obtiene en otras latitudes, y muestra de ello son los niveles de utilidades obtenidos en 2012 y la perspectiva de 2013.

 

Muestra de lo anterior es que la Casa de Bolsa Barclays señaló en un análisis que el sector bancario en México será, en el 2013, uno de los más rentables en el mundo. Y concretamente apuntaron que “creemos que las mejores oportunidades de rentabilidad entre los sistemas bancarios mundiales están en Estados Unidos, India, Turquía, México y Brasil”.

 

Así pues, es previsible que presenciemos en las próximas semanas un fuerte debate entre quienes estamos a favor de una baja de las tasas de interés por ser esto lo que México requiere y quienes están a favor de que se queden altas (los talibanes financieros) porque no escuchan razones y sólo ven por sus intereses de mayores utilidades en el sector financiero, y  no les importa el daño que esto causa a familias, empresas, quienes reciben remesas y quienes está desempleados.

 

Esperemos que el Banxico verdaderamente esté valorando el bajar las tasas de interés y que eventualmente lo haga por el bien de México y haga oídos sordos a quienes sólo se preocupan por sus carteras.

 

Director General GAEAP

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